"Borges y yo"
Resulta una empresa complicada hablar en un espacio tan breve acerca de la obra del escritor Jorge Luis Borges, cuyo reconocimiento crece a medida que pasan los años. Innumerables textos artículos, reseñas, comentarios, ensayos, tesis, libros se han escrito desde la aparición de su primer libro de poemas, "Fervor de Buenos Aires" (1923).
Su obra ha influido también en los modos de escritura narrativa, pero sobre todo en la forma de lectura, pues es frecuente en su obra la mezcla intencionada de géneros, los juegos entre la ficción y la realidad, el sueño y la vigilia, o el uso de temas filosóficos y teológicos como asunto de sus ficciones, por mencionar unos pocos de sus recursos.
Se dice que por su erudición, el cuidado del lenguaje, los temas, las frecuentes referencias a la literatura, la historia o personajes de otras culturas -antiguas o modernas- o la elaborada estructura de sus narraciones, Borges es un escritor de difícil lectura; es, se afirma, "un escritor para escritores".
En lo que a mí concierne, y aunque pueda parecer presuntuoso, no me lo parece; tal vez porque me agrada que los escritores me ofrezcan no sólo el disfrute estético sino también el intelectual. Que convoquen a mis sentimientos y a mi capacidad de reflexión: pensar también produce gozo, y todo gozo puede ser analizado. Como les digo a mis estudiantes, es un mito cartesiano la división entre razón y pasión. De hecho, en toda buena obra literaria es posible disfrutar del arte de la ficción y el de pensar y reflexionar acerca de las verdades que ésta encierra: la verdad de las mentiras, como dijera Mario Vargas Llosa
Como se sabe, Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y murió en Ginebra el 14 de junio de 1986. En el decurso de su vida se dedicó con ahínco a la escritura de 12 libros de poemas y 61 cuentos [en sus libros "Ficciones" (1944), "El Aleph", (1949), "El informe de Brodie" (1970), "El libro de arena" (1975) y "La memoria de Shakespeare" (1980)].
Escribió además ensayos y prólogos y dictó cursos y conferencias, estas últimas recogidas en sus libros "Borges oral", que puedo releer una y otra vez, y "Siete noches".
Pero además de ser un relevante escritor fue un gran lector, como afirma en sus dos primeros versos del poema A un lector: Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído. Testimonio de esta afanosa dedicación a la lectura son sus innumerables referencias a obras de todos los tiempos.
En mis cursos de análisis literario, mis estudiantes y yo rastreamos como detectives los textos que nuestro limitado conocimiento puede reconocer insertos en sus cuentos.
Uno de los ejercicios que hacemos es indagar cuántos autores, libros y obras se pueden encontrar, por ejemplo, en "El inmortal", "Tlon Uqbar orbis tertius", "La muerte y la brújula" o "El jardín de senderos" que se bifurcan, por mencionar sólo cuatro de sus relatos. Sorprende no sólo identificar estos libros escondidos, sino también la forma en que sus tramas se entretejen en los hilos de las tramas borgianas. Si algo nos reafirma su obra es que la literatura está hecha de literatura y que, al menos en este tema, no hay nada nuevo bajo el sol, como afirmara Salomón.
Por otra parte, no sólo interpola textos reales, sino que se da el lujo de inventar otros e incluirlos en sus ficciones: la ficción dentro de la ficción, como escribiera en su famoso ensayo o en "Magias parciales del Quijote".
En el prólogo a Ficciones revela: "Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en 500 páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos: mejor procedimiento es mostrar que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario. Así procedió Carlyle, en Sartor resartus; así Butles, en The Fair Haven; obras que tienen la imperfección de ser libros también, no menos tautológicos que los otros. Más razonable, más inepto, más haragán, he preferido la escritura de notas sobre libros imaginarios".
Borges colaboró en varias revistas, fue profesor de literatura y director de la Biblioteca Nacional en la época en la que quedó ciego; su "Poema de los dones" es un testimonio de esto que él llamara "una magnífica ironía de Dios". A mí, para quien la ceguera siempre ha sido una atemorizante sombra, se me hizo un nudo en la garganta cuando leí por primera vez estos versos:
"De hambre y de sed (narra una historia griega)
Muere un rey entre fuentes y jardines;
Yo fatigo sin rumbo los confines
De esta alta y honda biblioteca ciega".
Si me dieran a elegir entre el Borges narrador o el poeta, realmente no podría decidirme, primeramente porque hay poemas escritos como pequeños relatos ("Laprida 1214" y "El desierto", por mencionar sólo dos) y hay relatos en que sorprenden las imágenes de su pulida prosa. Pienso por ejemplo en uno de mis favoritos, Las ruinas circulares, que es para mí un luminoso sueño hecho palabras. De todos modos hay poemas de Borges que ya forman parte de mi biblioteca mental: "Heráclito", "Sueña Alonso Quijano", "Desierto", "Los conjurados" y otros muchos más que atesoro.
Y de igual forma asombran sus ensayos de Historia de la eternidad y Otras inquisiciones así como su compilación de textos en "El libro de sueños" o "El libro de los seres imaginarios", publicado en coautoría con Margarita Guerrero.
A pesar de sus controvertidas y polémicas opiniones políticas, que en lo personal no han sido obstáculo para leerlo con admiración, Borges recibió importantes distinciones y premios de universidades y gobiernos extranjeros, como el Cervantes en 1980. Su obra ha sido traducida a más de 25 idiomas y llevada al cine y la televisión. Sus lectores crecen, contradiciendo así la opinión de quienes pretextan la complejidad de su lectura para haraganear en textos más ligeros y simplones.
Se dice, con razón, que Jorge Luis Borges cambió la prosa de nuestro idioma, lo que equivale a decir que cambió la forma de hacer y leer literatura, como dije antes. A mí la lectura de sus libros me cambió la vida.
Algunas de sus obras más relevantes
Narrativa
1935. "Historia universal de la infamia"
1944. "Ficciones"
1949. "El Aleph"
1970. "El informe de Brodie"
1975. "El libro de arena"
Poesía
1923. "Fervor de Buenos Aires"
1925. "Luna de enfrente"
1929. "Cuaderno San Martín"
1943. "Poemas"
1960. "El hacedor"
1967. "Para las seis cuerda"
1969. "El otro, el mismo"
1969. "Elogio de la sombra"
1975. "La rosa profunda"
Frases célebres
''Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso".
''Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".
''Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes..."
''A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires, la juzgo tan eterna como el agua y como el aire".
''¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad".
ELIZABETH MORENO ROJAS
- Maestra en Ciencias del Lenguaje por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
- Se desempeña como maestra e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAS. Sus trabajos de investigación literaria han sido presentados en foros nacionales e internacionales. Es autora de varios prólogos de textos literarios y coautora de un libro colectivo sobre la novela policiaca mexicana. Tiene publicados dos cuadernos de poesía: "Redundante Pez" y "Las lunas de mi cuerpo". Desde 1987 ha sido promotora de la lectura, coordinando numerosos talleres de creación, crítica y análisis literario en diferentes niveles educativos. Actualmente es directora de Editorial UAS.