"Comentan 'El habla de Culiacán'"
CULIACÁN._El habla culichi es como es por sus habitantes y su historia, consideró Rubén Rocha Moya al comentar el libro El habla de Culiacán, de Everardo Mendoza Guerrero.
En el Auditorio de la Torre Académica, el ex Rector de la UAS expresó sus opiniones sobre la publicación del académico e investigador no como estudioso del léxico o un experto en lingüística, sino como un simple lector de una obra que, dijo, se deja leer.
Comentó que esta publicación es para la memoria, para ampliar el acervo cultural y para cultivar el intelecto.
"Si es producto de una investigación la obra es además de un aporte o replanteamiento crítico de un tópico determinado de la realidad, una recreación metodológica que permite hurgar y escudriñar el objeto de estudio casi siempre desde una perspectiva holística, integral", sostuvo.
El habla de Culiacán, añadió, fue realizado con una impecable estructura metodológica y una sólida traza teórico reflexiva a la que está íntimamente involucrado el autor porque la adopta de sus colegas estudiosos del español mexicano o de sus propios maestros, entre otros Juan M. Lope Blanch, José Moreno de Alba, Luis Fernando Lara y Raúl Ávila, este último escribió el prólogo de este libro.
"El autor indaga, reflexiona, analiza y cuestiona los resultados que le ofrecen sus 18 entrevistas grabadas en cintas magnetofónicas y los 18 cuestionarios que son fundamentales para corroborar que Culiacán es una zona de irradiación lingüística de la zona sinaloense que irradia a su vez al resto de las zonas dialectales del estado", indicó.
El académico, agregó, no sólo describe el dialecto culichi, sino sus características enmarcadas en una zona dialectal del país.
"Sin perder la proporción del espacio y de lo medular de la investigación, nos ubica en el lugar del estudio e induce a comprender la trascendencia de ligar el habla actual de la localidad de Culiacán a su pasado lingüístico tanto prehispánico como al del periodo posterior a la conquista con su consabida carga del español ibérico como también del habla indígena", subrayó Rocha Moya.
Mendoza Guerrero dedicó su trabajo a profesores que forjaron su espíritu académico y el amor por las humanidades: Fernando Vega Villegas, Francisco Rubio Alcocer, además de Lope Blanch, Moreno de Alba, Lara y Ávila, estos últimos amigos de posgrado.
El habla de Culiacán, añadió, es un encuentro consigo mismo, pues aunque citadino se siente porque ha vivido en esta ciudad toda su vida, nació en San Ignacio, y su condición bidialectal le ha permitido ver muchos fenómenos lingüísticos desde otro interés y otra perspectiva.
"Desde mi visión urbana, la cual asumí como propia desde que dejé las orillas del Piaxtla, he visto evolucionar una norma lingüística que entreteje las múltiples aportaciones de quienes van ensanchando el espacio del Culiacán del recuerdo hacia el Culiacán del olvido".
Dijo que el habla de Culiacán no es una ocurrencia, es el resultado natural de una trayectoria en la investigación que inició con El habla de Sinaloa, siguió El léxico de Sinaloa, este último trabajo le permitió ver las distintas hablas que se dan en el estado y su inserción en el español del noroeste.
Señaló que este libro lo formó en tres apartados: fonética, morfosintaxis y léxico, sin contar la parte introductoria que sirve de marco histórico para entender cómo se ha formado la ciudad y sus hablantes.
Además de estudiar cómo articulan los sonidos los culichis, concluyó que éstos no son ni debilitadores, como los veracruzanos o tabasqueños de las consonantes, aunque tampoco son tan conservadores como los defeños de las vocales, pero no las pierden tanto como lo hacen las hablas debilitadoras plenas.
Los hablantes culichis, indicó, no son tan ajenos como se dice de lo que se critica del habla ranchera, por ejemplo se dan fenómenos del leche, noche, haciéndose énfasis en la ch, así como "airopuerto", "noptorno"; se da la pérdida de vocales completas, como " unversidad", no tengo "na", "tengo much calor", que son fenómenos que no caracterizan el habla culiacanense, pero se da con frecuencia tanto en el habla culta como popular, lo cual se aprende de padres a hijos.
PARA SABER
El libro "El habla de Culiacán" se presentó dentro de las actividades del 480 aniversario de la capital sinaloense.