"ConCiencia"
¿Una persona culta es aquella que sabe todas las cosas?, saberlo todo sería imposible. La formación cultural de una persona puede ser muy distinta a la educación que ésta recibe. Cultivarse en muy distinto que educarse. Una educación se adquiere con la finalidad de poder hacer algo, en cambio cultivarse significa trabajar para convertirnos en algo.
Lo anterior es una de las ideas que el filósofo suizo, Peter Bieri, dictó en su discurso en la inauguración de la Universidad Pedagógica de Berna, Suiza. Sus reflexiones englobaron la siguiente interrogante: ¿Qué sería ser culto? Un interesante y complicado planteamiento que bien vale la pena comentar. La traducción del alemán al español fue hecha, en parte, por el matemático Carlos Prieto. Gracias a ello, esto es algo que ahora puedo comentar con ustedes.
El deseo y la curiosidad de conocer todo lo que hay en el mundo resultan insaciables, pero a la vez nos brinda la posibilidad de cultivarnos. El interés de comprender y conocer sobre algo tiene muchas direcciones: hacia arriba sobre los astros, abajo sobre los átomos; afuera hacia la diversidad de las especies, y dentro hacia la complejidad del organismo humano; atrás hacia la historia del universo, de la tierra y de la sociedad humana y adelante hacia la pregunta de cuál será el futuro de la nuestro planeta y de nuestra manera de vivir.
Cultivarse no puede significar saber todo, más bien tendría que acotarse el universo de lo que se puede saber y entender, y además aprender cómo se podría averiguar más sobre ciertas cosas en particular. Un inicio propone clasificar el todo en dos sentidos, el de las proporciones y el de las precisiones. Para ser culto, en cuanto a las precisiones; por ejemplo, no hay que saber el número exacto de idiomas que se hablan en la tierra, se debe saber que son más de 4 mil y no 40; saber que China es el país más poblado pero no el más extenso; saber que la edad del universo no es de millones sino de miles de millones de años.
También se trata de ponderar correctamente, dar el valor e importancia a ciertas personas y sus logros. Para la humanidad, Louis Pasteur fue más importante que Pelé. Ser culto, en cuanto al sentido de la precisión, es la necesidad de comprender algo con exactitud, tener la certeza de conocer un poema, una enfermedad, un sistema legal, un movimiento político. Al respecto, no hay nadie que conozca con precisión más que una pequeña sección del mundo.
Podría decirse, con lo anterior, que la persona culta es aquella que se sabe orientar en el mundo. Pero ¿qué valor tiene el sentido de la orientación?, se sabe orientar una persona que conoce, y quien sabe algo tiene poder. Esto no debe significar dominar a otros usando el conocimiento. Pues el poder del conocimiento es otro, tiene un valor muy importante: impide ser víctima. Quien tiene conocimiento sobre el mundo es más difícil de engañar. Se puede defender cuando alguien trata de usarlo para sus propios intereses.
Una persona culta no sólo posee una conciencia crítica; también posee una curiosidad histórica que la hace reflexionar acerca de: ¿Cómo es que pensamos, sentimos, hablamos y vivimos como lo hacemos? Es posible que todo hubiera sido diferente a lo que somos ahora; cada cual es una casualidad histórica, que su vez permite observar la propia cultura desde cierta distancia. ¿Qué habría pasado si yo hubiera nacido en otra región, si me hubiera desarrollado con otro idioma, si hubiera nacido en otra época y también en otro clima? Cómo habría sido si tuviera otra profesión, o si hubiera nacido en otra clase social.
Lo anterior no significa no declararse a favor del propio estilo de vida. Significa distanciarse de la idea ingenua de que la propia manera de vivir sea la más adecuada manera de ser de los humanos, más que cualquier otra. Semejante arrogancia es la que forma parte de la esencia de cualquier idea totalitaria, es un signo infalible de la incultura.
Continuará el siguiente sábado.
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