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"¿Droga de campeones?"

"ConCiencia"

"ConCiencia"
16/11/2015 08:33

    María Julia Hidalgo López

    Sustancias inofensivas, como la pastilla de "chiquitolina", se pueden tomar y no pasa que en la primera ida al baño se desechen; el Chapulín Colorado ni tenía que molestarse, tan sólo dejaba pasar unos minutos y regresaba a su estado natural. Un Mejoralito, ¿quién no pasó por la infancia sin haber tomado uno?, las madres ignoraban qué tenía pero sabían que curaba; igual lo daban para una calentura que para un dolor de panza. O los "chochitos" homeopáticos, que a decir de mi amigo Martín, no sirven para un carajo: "es un simple efecto placebo", -opino todo lo contrario-. Sin embargo, hay "tomas" que habría que tomar muy en serio, habría que leer bien sus letras chiquitas y aún así seguir dudando de ellas. Se trata de productos que al consumirlos prometen una figura de atleta.
    A decir de doctores Daniel Saldívar y Guadalupe Hernández —en el más reciente número de la revista Ciencia—, el consumo de productos que funcionan como anabólicos, "es algo que se ha convertido en un problema de salud pública, en buena medida por los beneficios ficticios que la publicidad les otorga".
    Ambos mencionan que la falta de información, en una de por sí sociedad consumista, ha aumentado el número de personas afectadas, sobre todo a jóvenes deportistas. Pero ¿qué es lo que contienen estos productos?, en la mayoría de los casos: hormona de crecimiento.
    La hormona de crecimiento (HGH) es una proteína que se produce en el cuerpo humano de manera natural al realizar actividades cotidianas. Ésta puede tener efectos positivos, sobre la salud, cuando se realiza ejercicio físico o cuando se duerme. De manera contraria, la HGH también puede tener efectos negativos que se observan en situaciones de estrés o ayunos prolongados. El cerebro es el encargado de secretar y liberar la cantidad necesaria de HGH; sólo cuando el cuerpo no produce la necesaria es cuando el médico indica su consumo de manera exógena. ¿Quién nos ha dicho que la podemos tomar a indiscreción?, la HGH no se desecha tan fácil como la píldora de "chiquitolina"; su abuso en el consumo puede tener graves consecuencias.
    Es tanta la popularidad de la HGH, que por su desmedido uso como anabólico se le conoce como la "droga de los campeones", y debido a que es la hormona anabólica por excelencia, quienes la toman esperan aumentar su potencia muscular. Lo que desconocen, según los especialistas, es que no se leen las letras chiquitititas que tienen los productos y con ello los fabricantes eximen su responsabilidad: "Este producto no es un medicamento y es responsabilidad de quien lo usa y quien lo recomienda".
    La alerta es que, la mayoría de las veces, este tipo de productos se ofrecen como complemento alimenticio, por lo tanto no requieren receta médica. Y cuando el uso de la HGH no es terapéutico, y existe un abuso con fines estéticos, lo menos es conocer los efectos adversos que producen este tipo de "suplementos". Crecimiento anormal: aumento excesivo del tamaño de los huesos; de manera específica el rostro y las extremidades. Dolor en articulaciones y músculos: puede aumentar el músculo, pero no la fuerza muscular, lo que ocasiona falta de elasticidad. Resistencia a la insulina: predispone al cuerpo a presentar diabetes tipo 2, por el aumento excesivo de glucosa en la sangre. Además, un riesgo elevado de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
    Sin duda, mucho más que leer las indicaciones de los productos, pues sus fines son puramente comerciales, debíamos de hacer una parada más seria y revisar su contenido. Más que eso, preguntarnos si realmente los beneficios serán más que los daños. Quizá la proliferación y falta de regulación de este tipo de productos son los que están ocasionando un mayor número de casos de infartos y diabetes, cada vez en personas más jóvenes. Quizá los que antes se consumía con buena voluntad y cierta ingenuidad no traía efectos tan adversos como los alardeados productos milagro.
    Comentarios: majuliahl@gmail.com