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"ARTE"

"De la chatarra a la escultura"

"Marcelino Barragán llegó a Culiacán para compartir lo que en 40 años ha aprendido como artista"
07/11/2015 10:19

    Las horas que Marcelino Barragán pasaba en el taller de carrocería de su padre, cuando tenía 10 años, son el principal referente en su vida como escultor. En las tuercas, los tornillos, las láminas, los sopletes y la soldadura encontró la materia prima y los insumos para crear.
    Y aunque su padre no lo comprendió sino después de muchos años, este hombre que nació en el Distrito Federal en 1950 y que desde hace algunos meses vive en Culiacán, decidió ser feliz, transformando en arte la chatarra.
    "Tenía como 10 años y en el taller de mi padre, que usaba el soplete para soldar tornillos, se me ocurrió hacer figura humana con chatarra....Este es un trabajo duro, a veces te das un martillazo, un machucón con las pinzas, te quemas con el alambre caliente... Pero expresas como en cualquier otro tipo de arte: surge la idea, sientes y luego buscas la manera de expresarte, eso es lo que me gusta", dice.

    Zapato-esculturas
    En contra de los deseos de su padre, José Barragán, Marcelino ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Grabado y Escultura La Esmeralda cuando tenía 17 años. Aunque ya lo había inquietado la pintura y dibujaba, sabía de rótulos, letras y soldaduras, decidió aprender arte de manera profesional y ahí le tocó vivir una época de conflictos, mítines, huelgas, luchas de estudiantes por la libertad de pensamiento y expresión.
    "Ésa fue mi época, me tocaron aquellos acontecimientos y de ahí surgió una escultura de un hombre sin brazos ni piernas, con la expresión del rostro gritando, muy desesperado, como cuando quieres hacer sentir que estás vivo y no puedes moverte ni nada".
    Pero cuando conoció a José Villamayor Cota, dueño de una zapatería que planeaba poner el primer Museo del Zapato en la Ciudad de México, incursionó en otro tipo de arte.
    "Me invitó a hacer zapatos como arte objeto, me llevaba fotos de algunos zapatos artísticos de Europa y empecé a hacerlos, hice casi 3 mil sin repetir".
    Él debía trabajar sobre el molde de zapato y con esa forma hizo carreteras, mares, rocas, un parque jurásico, un exprimidor de jugos, floreros, patos, apoyado con todo con materiales reciclados como telas, plásticos y lo que encontraba por la calle.
    Luego, con zapatos usados, hizo caras de los Beatles, Pedro Infante, Pedro Armendáriz, María Félix, U2, Alex Lora, The Doors y algunas de esas piezas, se fueron al Museo del Zapato de Alicante España y otras a Canadá.
    Y aunque José Luis Rodríguez Zapatero tenga una escultura suya con su caricatura y que sus zapatos hayan llegado a ciudades de Estados Unidos, Sudamérica e Italia, porque ha participado en exposiciones y le han comprado, lo que actualmente trabaja ahora, lo llena de satisfacciones.
    De los zapatos, sólo le quedan sus fotos, que guarda como un tesoro.

    Lo caricaturesco y el humor
    Piezas de carro, quitapón de estéreo, cucharas, tenedores de acero inoxidable, bronce, cobre para soldar, resina, al pasar por sus manos toman otras dimensiones.
    "En el arte todo sirve y más ahora que vivimos una sociedad de consumo y todo desechamos. Me gusta mucho el fierro, la chatarra, resina, barro, los elementos de la naturaleza como piedras, caracoles, árboles...".
    Con sus martillos, sopletes, cinceles, pinzas, esmeril, tijeras, cepillos de acero y esmalte, se transforma. Y es que son sus herramientas de trabajo, pero hay una más, sin la cual no funciona: la música.
    "Música para motivarme, me gusta mucho los oldies, la clásica, el new age...", admite.
    En su taller, ubicado en el centro, goza creando pequeñas esculturas, muy caricaturescas, sobre todo tipo de oficios, profesiones, pasatiempos y deportes.
    "A mí me motivó mucho Walt Disney, las caricaturas, el dibujo... se me hace bonita la caricatura porque pienso que todo tipo de oficio tiene algo de humor".
    Y aunque sus ideas siempre chocaron con el padre y nunca lo convenció de que lo suyo era el arte, cuando lo eligieron para esculpir los tarahumaras que entregarían en el Maratón Internacional de la Ciudad de México, en los años 70 y lo entrevistaron para un periódico, el orgullo por el hijo lo hizo reconciliarse con él.
    "Como nunca lo convencí y siempre chocábamos, lo que hice fue ubicarme, pensar que no todos podemos ser iguales, pero que íbamos a ser padre e hijo toda la vida. De ahí me desprendí y fue parte de esa búsqueda, principalmente buscar la manera de ser feliz. Es muy feo trabajar en cosas que no quieres y estar haciéndolas toda la vida".


    EN CULIACÁN
    Marcelino Barragán llegó hace unos meses a Culiacán con la idea es compartir, poner un taller y dar un poco de lo que en la vida ha aprendido.

    Perfil
    Marcelino Barragán
    * Nació en la Ciudad de México, en 1950.
    * Hijo de José Barragán y Gloria Zúñiga.
    * Ha creado esculturas gigantes, como zapatos o aviones chocando, en discotecas.
    * En una ocasión creó un robot con chatarra de carro, amortiguadores, cables y movimiento con el motor de una lavadora, su boca era una bocina y hablaba.
    * Tiene 40 años dedicado al arte.