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"SÉPTIMO ARTE"

"Defiende Rubina Ali a su padre"

"La actriz de la película 'Quisiera ser millonario' presenta el libro 'El sueño de Rubina'"
07/11/2015 11:33

    PARÍS (EFE)._ Rubina Ali, una niña de 10 años de la ciudad india de Bandra, a quien la película Quisiera ser millonario (Slumdog Millionaire) trasladó momentáneamente de la miseria de las chabolas a las alfombras rojas de Hollywood, "pegaría" a quienes publicaron que su padre quiso venderla a un jeque árabe.
    "Son todo mentiras. Fue horrible y les pegaría a todos", dice una chiquilla desconcertada por el ajetreo que le lleva de su barrio al oeste de la India al lujo de los hoteles occidentales de París para regresar después a ese mundo de ratas, vías de trenes y bolsas de basura en el que se crió.
    Ahora se encuentra en París, en el lobby de un hotel donde concede entrevistas para presentar El sueño de Rubina, un libro en el que la periodista india Divya Dugar y su colega francés Anne Berthod recogen en boca de Rubina su intensa experiencia vital y la de su padre.
    En él relata, entre otras vivencias, cómo la esposa de un jeque árabe se encaprichó de la pequeña y ofreció dinero a su padre para llevársela a Dubai, negocio que su progenitor rechazó.
    "Mi padre me dijo que debía escribir el libro", explica con ojos brillantes como botones de carey una niña a la que la vida le puso en la boca la efímera miel del estrellato, el lujo y la fama, y que ahora sólo sueña con conseguir una casa y con estudiar para convertirse en actriz de Bollywood.
    Bollywood, la meca del cine indio que es la que conoce, admira y ansía. Y no Hollywood, sinónimo del glamour del cine occidental, donde compartió alfombra roja con celebridades como Angelina Jolie o Brad Pitt, de quienes ni siquiera había oído hablar.
    Rubina fue verdaderamente consciente de la dimensión que había adquirido la película dirigida por Danny Boyle, cuando se estrenó en la India, el teléfono de su padre empezó a sonar sin tregua y los encuentros con prensa y políticos se convirtieron en algo habitual.
    "Hasta ahora no ha conseguido dinero, sólo fama y todo lo demás", comenta Dugar, coautora del libro.
    De hecho, Rubina sigue viviendo en una diminuta casa en su barriada mientras espera a que el Gobierno regional de Maharashtra o el británico Boyle les consigan la casa que le prometieron a su familia.
    Esa reivindicación queda patente en el estilo directo y pretendidamente infantil del libro, en el que participó activamente su padre para asegurarse de que se reflejase su visión adulta de la historia de su hija.
    Para Rubina sólo existen palabras de admiración hacia Boyle, un hombre que, entre otras cosas, le paga el colegio en el que estudia ahora, un gesto que el editor francés del libro, Philippe Robinet, describe como un trabajo formidable.
    El cineasta, criticado por no ayudar lo suficiente a los menores que actuaron en su película, acusó a la prensa de elevar excesivamente las expectativas de una mejora de vida para estos niños.
    "Quiero aprender, ir al colegio, bailar y mejorar mi interpretación", dice Rubina.
    Los grandes planes de esta niña y su familia pasan ahora por ganarse la vida en el universo del celuloide.

    APOYO ECONÓMICO
    El dinero que Rubina Ali y su familia ingresen por el libro "El sueño de Rubina" (un anticipo de 10 mil euros más el 10 por ciento de las ventas de una biografía de la que sólo en Francia se publicarán 40 mil ejemplares) lo quieren dedicar a la formación de la niña.