"Del fogón a la literatura 'Como agua para chocolate'"
Cuando era adolescente, Laura Esquivel solía observar las fotografías que su madre había conservado desde 1860. Abrir el baúl de las imágenes era un rito que la encontraba con la bisabuela, la abuela, las tías y eso la emocionaba.
Ahí conoció a Tita, su tía abuela, una mujer de facciones finas y rostro blando que con el paso del tiempo cambió. El peso de una tradición que obligaba a las hijas menores a conservar la soltería la endureció.
"La pidieron tres veces y tres veces la negaron, ella obedeció y se quedó al lado de mi bisabuela hasta que murió, muy anciana.Tita murió tres meses después, su vida no encontró más sentido", dice la autora.
Aquellos ojos que parecían reclamar otro destino acompañaron a Esquivel durante mucho tiempo y por eso escribió Como agua para chocolate, novela ambientada en el México revolucionario de principios del Siglo 20, entre fogones, peroles e ingredientes culinarios, donde hizo confluir la tristeza, el amor y una pasión desbordante.
"Cuando veía esas fotos, yo temía que a mi madre se le ocurriera que yo también me quedara, y sí se le ocurrió, pero no hubo manera".
Como agua para chocolate se publicó en 1989, se ha traducido a 35 idiomas y ha vendido más de 8 millones de ejemplares en mundo. A 20 años de este suceso, Esquivel echa un vistazo al pasado y cuenta cómo se fue escribiendo la historia.
Los colores del mercado
Especializada en teatro infantil y creación dramática, Laura Esquivel tuvo su primer contacto con la escritura en un programa de televisión, para el que hacía guiones de teatro para niños.
En ese tiempo estaba casada con el cineasta Alfonso Arau, quien la motivó a crear guiones de cine y el primero que hizo fracasó. Frustrada por esa experiencia y "perseguida" por el fantasma de su tía Tita, comenzó la novela que transformaría su vida, que la llevaría a la fama y en la que estaría su pasión por la cocina.
"Lo que me lleva a escribir Como agua... era por un lado la frustración de escribir teatro y televisión, ver frustrado lo que quería decir. Si no había dinero, quitaban personajes, no hablaba de lo que quería. Aquí dije por primera vez lo que yo quería decir, estaban las imágenes que quería mostrar, puse todo mi interior, todo lo que yo era como mujer, como esposa, como hija".
En aquella época, su vida era un poco más convencional. Por las mañanas llevaba a su hija a la escuela y luego iba al mercado para dejarse seducir por un color, un olor o un fruto de temporada. Así decidía lo que haría de comer. Al llegar a su casa preparaba y luego se ponía a escribir, mientras volvía la familia para reunirse alrededor de la mesa. Su casa siempre estaba abierta y había comida para todo el mundo.
"Yo le encuentro mucho sentido a compartir tu mesa, un sentido al espacio del hogar. Me acuerdo que cuando era niña todo mundo salía a barrer y echar agua... para mí es sagrado limpiar la entrada de tu casa, el agua es un conductor maravilloso de energía", dice.
"Para mí tiene mucho sentido poner flores, incienso, prender la vela, sacralizar tu espacio y hace 20 años yo tenía tiempo de hacerlo".
Pero después de Como agua para chocolate, de su éxito avasallador, que también tuvo como película, mucho de eso lo perdió.
La verdadera revolución
Influenciada por el movimiento de los años 60, en que los jóvenes esperaban cambios, Esquivel llegó a la conclusión de que la verdadera revolución debía ser interna y no de fuera. Así lo quiso expresar en su novela.
"No se puede construir una sociedad devaluando todo lo que pasaba en espacios donde aparentemente no sucede nada, como la cocina. Ahí nadie gana dinero, las mujeres tenemos que salir a producir, demostrar que pensamos y podemos trabajar en lo mismo que los hombres", asegura.
"Se abandonó el espacio que nos pone en contacto con el mundo de lo no tangible, de la emoción, de lo sagrado, con un orden cósmico, con elementos de la naturaleza que se están cocinando. Quise así que lográramos voltear a la cocina, darnos cuenta de que los hervores de las ollas podían alimentar al nuevo ser y podíamos sentarnos a compartir, entrar en comunión".
Ahí le dio Tita el destino que hubiera querido para ella, creando así la verdadera revolución.
"Tita logra hacer morir en ella una tradición castrante al no pasarla a la nueva generación. Ese es un cambio, las revoluciones más trascendentes son internas, la que hace Tita es impresionante".
"Quise mostrar tres mujeres: una que quiere conservar la tradición, otra que se libera sexualmente, como pasó en el movimiento feminista; y a Tita en el espacio donde aparentemente no pasa nada".
Un fenómeno inusual
Como agua para chocolate fue rechazada por dos editoriales y en 1989 el editor Jaime Aljure la acogió y publicó en Planeta. No hubo promoción, ni anuncios publicitarios. La novela se recomendó entre lectores y se vendió sola.
"Era mi primera novela, nadie me conocía, en la editorial nunca pusieron un anuncio en un periódico, se empezó a recomendar de boca en boca y se fue vendiendo así, la primera edición se terminó antes de los dos meses y después fue ganando y ganando, cada vez se hacían más".
Vinieron entrevistas, viajes por el mundo y aquellos espacios de meditación y de silencio se vieron irrumpidos.
"Mi vida cambió, el mundo se me vino encima, yo decía 'de qué me van a venir a entrevistar', me preguntaban cosas de las que no tenía la menor idea. He perdido espacios pero también he ganado gente maravillosa, me han invitado a muchos lugares, a muchos hogares para probar recetas de la familia. Me he llenado de historia, de muestras de cariño", admite.
A 20 años del éxito inesperado, Esquivel reconoce que Como agua para chocolate le trajo la gloria y también el fracaso matrimonial, pero finalmente fue un recordatorio de lo que ella era y lo que quería.
"Eso ha sido un elemento importante de transformación en mi vida. Vi cosas que no había visto y me transformé en la mujer que ahora soy".
ANHELO CUMPLIDO
Había soñado con una novela por entregas y aunque no pudo ser hace 20 años, Editorial Suma cumplió este anhelo al publicar la edición conmemorativa de 'Como agua para chocolate' en 12 fascículos, con recetas y fotos de la verdadera Tita, reunidos en una cajita, como si se hubiera coleccionado.
LA AUTORA
· Nació en septiembre de 1950, en la Ciudad de México.
· En 1994 le otorgaron el Premio ABBY (American Bookseller Book of the Year), que por primera vez fue concedido a una escritora extranjera.
· Sus siguientes libros son 'La ley del amor', 'Íntimas suculencias', 'Estrellita marinera', 'El libro de las emociones', 'Tan veloz como el deseo' y 'Malinche'.
· Este año se hará el musical de 'Como agua para chocolate' en Broadway.
REFERENCIAS
-'Como agua para chocolate' ocupó 56 semanas el número uno de ventas en el New York Times en Estados Unidos.
-En 1989 fue el fenómeno editorial en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, Alemania, cuando se vendió en muchos idiomas y la autora fue un descubrimiento para las letras mundiales.
-Como agua para chocolate es un dicho mexicano y como tal, en muchos países cambiaron el título de la novela:
En Japón se llamó 'La leyenda de la salsa de pétalos de rosa'.
En Holanda le pusieron 'Rosas rojas y tortillas'.
En Dinamarca, 'Rosas rojas y chiles'.
-A raíz de la historia de Laura Esquivel, se han abierto restaurantes con ese nombre y en su carta ofrecen platillos que ahí aparecen.