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EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

El Barroco

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

    Marcados contrastes, luces y sombras, para producir efectos escenográficos en la pintura, la escultura y la arquitectura, el Barroco es una expresión artística que dominó en el siglo VII y la primera mitad del Siglo VIII.

    Considerado por algunos como un estilo decadente del renacimiento, como lo definió en el Siglo XIX el historiador Suizo Jacob Burckhardt, era considerado como demasiado estrafalario para ser tomado en serio.

    El origen del término “Barroco” no está bien definido, hay quien lo considera como proveniente del portugués “Barocco”, mientras que otros del castellano “Borrueco”, en ambos casos, tiene el significado de perlas en estado irregular.

    A principios del Siglo XX, Hendich Wölfflin, haciendo un análisis de la historia del arte, definió que; “No es ni el esplendor, ni la decadencia del clasicismo, ni un arte totalmente diferente”.

    El estilo Barroco apareció en casi toda Europa, aunque con particularidades regionales, lo cual, en ocasiones, hace difícil su clasificación, pero siempre tiene características comunes, como su dramatismo luminoso. Este arte se extendió con el descubrimiento del Nuevo Mundo, hacia las tierras del Continente Americano, pero también ahí, con aportaciones propias de estos lugares, así lo encontramos en las manifestaciones producidas en nuestras tierras.

    Extendido a todas las manifestaciones artísticas; la pintura, la escultura, la música, la arquitectura y la literatura, el Barroco apareció en 1600 y continúo hasta el 1750, aproximadamente, caracterizándose por su expresión de movimiento y energía, con un sentido de la tensión.

    En la pintura se pretendió dar una representación correcta del espacio y la perspectiva, característico de este estilo es la expresión de naturalismo, con el cual cada figura expuesta, de manera individualizada, tenía una “personalidad propia”, manifestando sus propios sentimientos y pasiones, así magistralmente lo expresan sus rostros.

    Como una aportación característica, inspirada en este arte, está el sentido de lo religioso, motivado muchas veces en una lucha contra el avance protestante, ofreciendo un aporte emocional y dramático, con énfasis en la fe. La iglesia se convirtió en un mecenas importante durante este periodo.

    En nuestra América, encontramos rastros de este arte, sobre todo en la arquitectura. Es un estilo propio, dando un toque del sentido de fe plasmado en las obras durante la colonia y que aún ahora, en nuestros días son motivo de elevación del espíritu. Una fe plasmada con extraordinaria belleza.