Eduardo Díaz Vidales
Si hay algo más frustrante que una película hecha con la única intención de ganar un Óscar o algún festival de cine es una cinta conceptuada para convertirse en una obra de culto.
Había cierta anticipación por el estreno de Diabólica tentación, pues se trata del segundo guión filmado de la escritora ganadora del Óscar por Juno, Diablo Cody. Además, por la presencia de Megan Fox y la prometedora Amanda Seyfried.
Dirigida por Karyn Kusama, quien debutara con la interesante Girlfight, para luego realizar Aeon Flux, un desastre en todo sentido, Diabólica tentación es una comedia disfrazada de cinta de horror y viceversa, que al final no termina siendo ni uno ni lo otro, resultando apenas una obra medianamente entretenida para adolescentes.
Anita "Needy" Lesnicki (Seyfried) y Jennifer Check (Fox) han sido mejores amigas desde siempre, aunque nadie entiende por qué. La primera es la típica preparatoriana virginal, inocente y mimada por su novio nerd y la segunda, la popular, creída y precoz de la escuela. Quizás su amistad se deba a que Jennifer necesita a Needy para sentirse superior a alguien y a que ésta, a su vez, está secretamente enamorada de Jennifer.
Una noche, ambas asisten al concierto de uno de tantos grupos "indie rock" que desesperadamente buscan volverse rockstars. Luego de que un incendio arruina la tocada, Jennifer es prácticamente secuestrada por el vocalista del grupo (Adam Brody). Sin idea de a dónde irá a parar su amiga, Needy regresa a casa sólo para encontrarse con que Jennifer se ha convertido en un demonio "devoradora de hombres", literalmente.
Si algo deberían haber aprendido las nuevas generaciones de cineastas a partir de los 80 es que mezclar comedia y horror no es buena idea y sólo termina por lograr que la historia se pierda. Es cierto que hay excepciones, Gremlins, El despertar de los muertos, Re-Animator, la serie Buffy, El despertar del diablo y algunas cuantas más, pero son ejemplos contados, pues tener que lidiar en un momento con sustos, sangre, suspenso y shocks, para luego pasar a chistes y risas, no es nada sencillo.
Y eso dejando de lado que todavía hay que presentar una metáfora o un discurso, en este caso, la maldad y el demonio de Jennifer como simbolismo a la angustia adolescente. El mensaje nos queda claro desde el primer diálogo, pero la metáfora de demasiado plana.
Es cierto lo que muchos han comentado, el filme tiene ingeniosos diálogos, agradables referencias a la cultura pop, un soundtrack atractivo y en términos generales, un elenco agradable, en especial por Amanda Seyfried; pero hasta ahí. Los personajes son chatos y la historia predecible, lenta y aburrida. Jamás provoca terror, ni tampoco risas.
Pareciera que Diabólica tentación fuera un viejo guión de Diablo Cody, arrumbado en una polvienta caja y que después de años, decidió vendérselo a un hambriento productor y éste a su vez se lo entregó a una directora sin experiencia en la comedia y/o horror, y para darle un toque especial, ofrecerle el protagónico a quien podrá estar muy lejos de ser la mejor actriz, pero vaya que sí es sexy, y eso deberá ser suficiente para atraer al público.