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"'En México comprendí el mundo': Yuriko Kuronuma"

"La artista japonesa celebra más de cuatro décadas de su debut oficial en este País"
14/11/2015 09:19

    MÉXICO (UNIV)._ La violinista Yuriko Kuronuma ha dedicado los últimos 50 años de su vida a México, el País donde, dice, comprendió el mundo porque aquí, en un pueblo marginado de Hidalgo estaban los "vencidos" que representaban a América Latina. 

    La virtuosa nacida en Tokio en 1940 no sólo ha sido solista de las más importantes orquestas mexicanas y ha estado bajo la batuta de maestros, como Carlos Chávez, Eduardo Mata, Eduardo Diazmuñoz, Enrique Arturo Diemecke, Luis Herrera de la Fuente y Fernando Lozano, entre otros; también ha dejado su legado como maestra. 

    * ¿Cómo llegó a México? 

    "Llegué en junio de 1962, era de noche y desde el avión vi a México iluminado, las luces parecían joyas esparcidas sobre la tierra, preciosas. Esa noche estaba lloviendo, las calles estaban muy oscuras y las personas estaban afuera de sus casas, para mí fue un paisaje extraño. 

    "Yo traía una carta de presentación de Henryk Szeryng, quien me recomendó que fuera a visitar a Rodolfo Halffter, un gran compositor español que vino a México como exiliado de la Guerra Civil de España; era una persona muy amable y muy agradable. Así empecé a caminar dentro del mundo musical de México, porque él hacía unas veladas preciosas en su casa con su esposa doña Emilia, su casa era como el salón de los músicos". 

    *Su debut se da con la Sinfónica Nacional, hace 45 años. 

    "Tuve la gran suerte de tocar bajo la batuta del maestro Carlos Chávez. Después, a través de tantos músicos que conocí, terminé tocando con la Orquesta Sinfónica de la Universidad, hoy Filarmónica de la UNAM, donde estaba el maestro Eduardo Mata, quien era casi casi hijo adoptivo de Chávez. Y un día el maestro Mata me dijo que quería que tocara una obra de Chávez, así que lo íbamos a visitar a su casa en Las Lomas. Recuerdo mucho esa época, conocí a tantos músicos mexicanos".

    *¿En qué momento México se convirtió en su casa? 

    "En los años 60 vine y me fui un par de veces, pero en 1971 mi ex esposo fue nombrado primer director del Centro Indigenista en la Huasteca, pero él no quería porque allá no había nada, le dije que yo sí quería ir a conocer la parte indígena mexicana. Así que mi hijo y yo lo acompañamos, vivíamos en Huejutla, ahí duramos menos de dos años pero esa vivencia fue crucial para decidirme a quedarme aquí. 

    "Ver al mundo desde ese pueblo tan apartado de las grandes ciudades, giró mi punto de vista. Desde México entendí no sólo América Latina, sino a todos los pueblos que fueron colonizados por los europeos. Yo sólo conocía el mundo de los conquistadores, pero no sabía nada del mundo de los vencidos. Empecé a entender muchas cosas de la historia universal, le dije a mi esposo que México ya era un País crucial para mí y a que aquí íbamos a vivir. En mi vida hay un antes y un después de Huejutla". 

    * ¿Por qué se fue de Huejutla? 

    "Se hizo peligroso. Cuando nos venimos estaba de visita Kenzaburo Oe, invitado por El Colegio de México. Ya era un escritor famoso en Japón, pero todavía no ganaba el Premio Nobel. Le platiqué toda mi vivencia en Huejutla, estaba tan conmovida que necesitaba decírselo a alguien, él me escuchó y me preguntó que por qué no lo escribía para los lectores japoneses, me dijo que si no lo hacía ahora se me olvidaría. 

    "Cuando se fue a Japón, me conectó con una de las editoriales más importantes. Escribí durante dos años y los textos se reunieron en un libro que lleva por título Cartas desde México, va por la edición 25 y todas las bibliotecas de educación media y superior tienen ese libro".

    *Allá enseñó a los niños a tocar el violín, ¿por eso creó su academia? 

    "Me sentí tan inútil, ¿qué podía hacer yo?, ¿cómo le podía agradecer a México todo lo que me ha dado? No pude irme de maestra rural, no servía, pero sí pude dar mis clases de violín para que nacieran más músicos en México. En los años 70 no había violines chiquitos, por eso se empezaba a tocar hasta los 12 años. Fuimos la primera escuela en donde se le enseñaba a los chiquitos de cuatro años, sólo pedía que me dijeran que sí querían tocarlo, que estuvieran decididos y tuvieran ganas de aprender. 

    "Yo toqué en 37 países, recibí aplausos y me despedía, me sentía hueca, ¿qué dejaba más allá de tocar hora y media? Quería dejar una huella de mi vida, grabé discos pero son como comida enlatada". 

    * ¿Cuáles son sus proyectos? 

    "Todavía doy clases de violín en mi casa a los pequeños que realmente quieren aprender a tocar este instrumento. Además, el 25 de enero de 2014 se conmemoran los 400 años de la primera visita oficial de Japón a México, cuando comenzó la misión de Hasekura. Y es por eso que quiero que en Acapulco podamos montar la ópera llamada 'Yuzuru', ya estamos entablando las conversaciones necesarias para poder hacerlo".

    "Desde México entendí no sólo América Latina, sino a todos los pueblos que fueron colonizados por los europeos. Yo sólo conocía el mundo de los conquistadores..."
    Yuriko Kuronuma
    Violinista