"Envuelve fantasía guiñol a los niños"
CULIACÁN._Del teatrino surgió la fantasía que envolvió, cautivó y divirtió a decenas de pequeños que fueron testigos de la obra Locos firuletes, de la compañía Títeres del Sur Argentina, que se presentó dentro del décimo tercer Festival Internacional de Títeres Pedro Carreón.
Por decisión de la infantil concurrencia, las luces del Teatro Socorro Astol se apagaron. Sólo era iluminado el escenario donde un sargento renegaba porque ahí sucedería un evento no autorizado y se va a averiguar al respecto.
Enseguida aparece el panadero que, sin caballo y sin sombrero, alegre se dispone a elaborar el pan, cuando escucha que alguien lo llama, y ese alguien asustó a los menores, se trataba del temido Diablo.
Al verlo, el panadero se desvanece una y otra vez, incrédulo de que fuera él, incluso intenta arrebatarle el supuesto disfraz y el antifaz, creyendo que era alguien salido de alguna fiesta.
El Diablo le dice que quiere todo el pan, y que no le importa dejar a la gente sin comerlo.
El panadero, al ser amenazado con ser desaparecido si no cumple la orden, se va a la panadería, mientras el malvado va en busca de una salchicha para ponerle al pan. Al regresar cae en la trampa y se agarra el pan que estaba conectado a una corriente eléctrica.
Los niños se ponen felices al ver que se quemó, pero son sorprendidos con su reaparición, e informa que con sus tres colas, la verde, roja y azul, conseguirá su cometido: llevarse todo el pan.
Con la roja puede desaparecer al panadero, dice, y los niños manifiestan a gritos su negativa. Ambos se golpean, y el Diablo termina cayendo a un pozo, pero regresa ahora con la cola azul, con la que intenta colgar al buen hombre.
El panadero le dice a la figura de cuernos por qué es malo.
--¿A ti tu papá te levó a ver títeres?
- No..., responde llorando el Diablo.
- ¿Te paseó en carrusel?
- No, porque quería el caballo de madera y decía que lo quemaba, buuu.
Para entonces, el pan ya está listó, y de nuevo el Diablo va a buscar la salchicha. Cuando regresa cae en otra trampa, se lleva la canasta que contiene una bomba de chocolate, y enseguida explota y no regresa más.
Sin caballo y sin sombrero el panadero se va a dejar un pan cada uno de sus vecinos, a ritmo de los aplausos de los infantes.
El sargento reaparece para avisar que sí hay permiso para que haya la función de guiñol, y la mano títere le dice que ésta ya pasó, y que se la perdió, a diferencia de decenas de niños que llenaron el recinto para apoyar al buen panadero y vencer al Diablo con gritos o aplausos, de acuerdo a la ocasión.
PROGRAMA DE HOY
17:00 horas.- 'Arrobas'
Compañía Yheppa, de España.
Concha Acústica del CCS
Entrada libre.