"Escribir desde los sentidos: Guadalupe Nettel"
CULIACÁN._La literatura de Guadalupe Nettel (México, 1973) provoca, se escucha, se huele, se toca. Sus personajes aunque parecen aparentemente normales son en realidad obsesivos, marginales. Tienen alguna rareza que los hace bellos, únicos. Y todo está en los sentidos, en el cuerpo.
"Para mí, la belleza real es como la de las plantas y las obras de arte que no se parecen a ninguna otra cosa, son lo que son y tienen una presencia única, y los seres humanos con nuestra presencia, nuestras manías y nuestra psique somos únicos", dice.
Para ella el cuerpo es una aventura desde el inicio de la vida, el poder encarnarse y llegar al mundo. Dice que en el parto se cifra el destino en muchas cosas. Pero la relación con su cuerpo ha sido complicada. Y eso lo cuenta en Zacatecas, durante el Hay Festival, donde compartió la mesa con la poeta libanesa Joumana Haddad y el novelista Alberto Ruy Sánchez. Días de diálogo sobre música, literatura y arte, de estar con su pequeño hijo de un año, con su esposo, con sus amigos, con sus lectores.
Su historia personal, como la de todos, inicia cuando nació. Tenía una mancha en el ojo derecho, un lunar blanco sobre la córnea, que le hacía ver todo como en una especie de nube. Los médicos no sabían qué era y sus padres llegaron a pensar que tenía cáncer y que moriría pronto.
Después supieron que no era nada grave, que se podría operar cuando su ojo hubiera dejado de crecer y mientras tanto debía practicar ejercicios para desarrollarlo al máximo. Uno de ellos consistía en utilizar un parche en el ojo sano para favorecer el desarrollo del otro. Y durante su infancia, esta fue su forma de caminar por el mundo.
"Mi vida estaba dividida en dos, una parte vivía en brumas, vapor, veía figuras, siluetas, colores, no veía muy lejos, no podía leer. Pero a las 5 de la tarde me quitaban el parche y descubría el mundo visual y lo que antes era una superficie suave, lisa y verde, se convertía en una cantidad de líneas y formas diferentes. Me pasaba toda la tarde alucinando, viendo lo que había alrededor, todas esas cosas que no podía ver en la primera parte del día", recuerda.
Por eso, Guadalupe pudo desarrollar otros sentidos, como el tacto. Era ágil entre los árboles, cuya fortaleza de sus ramas las distinguía al palpar la corteza. Pero en la escuela eran crueles con ella y por eso se refugió en la lectura. Encontraba en los narradores amigos con los que podía compartir historias. Luego empezó a escribir.
A los 7 años se dio cuenta de que la literatura era un arma muy grande y empezó a escribir historias en las que los protagonistas eran sus compañeros de clase que la molestaban. En ellas les pasaban cosas horribles, todo tipo de calamidades.
Un día, la maestra la incitó a leerlas en público y ella accedió, no sin antes asegurarse de que un adulto la acompañara hasta la hora de la salida por si le quisieran hacer algo.
Pero ocurrió lo contrario: los niños en lugar de "odiarla" se pusieron felices de aparecer en sus cuentos y los que no estaban, se le acercaron para pedirle que también los tomara en cuenta en la siguiente historia que escribiera. Entonces supo que podía tener una función en ese universo llamado escuela, era escritora, la escritora del salón.
Desde entonces, la literatura ha sido su camino. Ha cultivado la escritura de cuento, ensayo y novela. En 1993 publicó el libro de cuentos Juegos de artificio; en 2003 Les jours fossiles; en 2006 la novela El huésped, que fue finalista del Premio Herralde y se publicó de manera simultánea en francés, por la editorial Actes Sud.
En 2007, Pétalos y otras historias incómodas, obtuvo el premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, que se entrega en Sinaloa, obra que Anagrama le publicó al año siguiente. En ésta describe la vida de personas aparentemente normales que tienen manías, obsesiones y secretos desagradables, como el de un hombre que suele olfatear en los sanitarios del barrio, en busca de una mujer especial, un fotógrafo que se interesa por retratar los párpados caídos, un espía detrás de las persianas de los vecinos, una modelo que se arranca y come el cabello.
Por ese mismo libro obtuvo en 2008 el Premio Antonin Artaud, que entrega la Embajada de Francia en México y la Asociación de Empresas Francesas, en nuestro país. También recibió el Prix de la Meilleure Nouvelle en Langue Française para países no francófonos de Radio France Internationale, y fue considerada una de las mejores narradoras jóvenes de América Latina, en la iniciativa Bogotá 39, del Hay Festival.
Nettel se doctoró en Ciencias del Lenguaje en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, de París, donde vivió también parte de su infancia. Actualmente vive en México y dirige la revista, Número cero.
TRADUCCIONES
Guadalupe Nettel ha publicado en antologías de España, México, Francia, Eslovenia, India, Alemania y otros países. Su obra se ha traducido al inglés, francés, alemán, holandés, eslovaco y sueco.
SU OBRA
Entre las obras que ha publicado están:
"Juegos de artificio"
"Les jours fossiles"
"Pétalos y otras historias incómodas"
"El huésped"
"Para entender a Julio Cortázar"