|
"Teatro"

"Exalta el espíritu Dido y Eneas"

"Impresiona al publico la belleza de la música y la danza de la ópera"
06/11/2015 08:40

    MAZATLÁN._ A la excelencia en la palabra se le llama poema, porque crea imágenes y sensaciones que reconcilian al ser humano con la vida.
    La ópera Dido y Eneas, por la belleza de su música y de su propuesta visual, consiguió exaltar el espíritu de los que asistieron el martes al Teatro Ángela Peralta.
    El telón se abre. El profesionalismo de los grupos que participaron: Coro Ángela Peralta, Camerata Mazatlán y Delfos Danza Contemporánea permitieron que la realidad quedara atrás, relegada al olvido, por un corto lapso de tiempo, que le permitió a los espectadores ingresar a la magia y vivirla plenamente.
    Un barco flota, el mar lo representan cuatro figuras humanas envueltas en gasas, la música describe una caricia sobre las olas creadas con brazos y manos. La escena es el viaje y la llegada de un conquistador destinado a fundar Roma, es Eneas, quien sobre la nave no se imagina que en el puerto de Cártago encontrará el amor.
    Una aparición. La belleza femenina se apoderó del escenario, la cantante y bailarina Radha Murillo potencializó su belleza con una abultada cabellera adornada con un egrés, que sirvió para otorgarle el rango de Dido, la reina de Cártago.
    La delicadeza de los movimientos de los bailarines y cantantes creó la ilusión de que flotaban sobre el escenario y que el halo del canto que emitían sus gargantas impulsaba sus movimientos.
    Todo era perfecto hasta ese momento, el pueblo cantó loas al amor de Dido y Eneas, en un tono sosegado, creando un equilibrio con el estilo barroco de la obra, los dos personajes quedan prendados.
    Sonidos de cornos definen la tormenta que viene, la maldad se apodera del escenario. Una bruja se instala en el centro, con su voz de mezzosoprano canta conjuros y maldice a los enamorados por el sólo placer de provocar la desgracia ajena.
    Entonces el coro se convierte en bosque y entre las ramas de sus árboles se escucha un canto de viento, en el que juegan las vírgenes y los enamorados Dido y Eneas, entregados a las caricias y a las miradas tiernas.
    Los bailarines son una presencia permanente, son la imagen doble de los personajes y de los elementos que dictan la poética de la obra: bosque, océano, maldad, amor, de tal manera que el lenguaje de los cuerpos se une al de la música, conjugando dos formas de expresión que inundan el escenario de belleza que conmueve al público.
    Las malvadas brujas convierten a uno de sus duendes en la bella figura de un ángel, en el escenario una impresionante figura de mujer se yergue sobre un alto pedestal, esbelta y hermosa, entallada en un vestido blanco que cae con pesada elegancia sobre el escenario.
    Es una aparición espectral, impactante por su belleza y su porte triunfal, ella es un falso mensajero, inducido por las brujas a anunciar a Eneas que tiene que partir a fundar Roma y dejar a su amante. El plan surte efecto.
    El coro ahora es una océano que mueve sus olas rítmicamente, sobre él, frágiles barcos flotan alejándose de Cártago, mientras Dido desfallece de amor rodeada por las sombras del sufrimiento que dejan caer sobre ella una lluvia de pétalos rojos.
    Es un final etéreo, Dido canta un sublime lamento que encuentra eco en las voces del coro, que llora con su música la partida de la hermosa reina, que murió de amor.

    LOS PARTICIPANTES
    En "Dido y Eneas" participaron Delfos Danza Contemporánea, la Camerata Mazatlán y el Coro Ángela Peralta.

    PRODUCTO DE UNA BECA
    "Dido y Eneas" es producto de la beca México en Escena, con la que Conaculta distinguió al Coro Ángela Peralta como un importante grupo artístico a nivel nacional.

    EL ELENCO
    -Radha Murillo
    -Rafael Galaz
    -Elda Reyes
    -Oralia Castro
    -Adriana Romero
    -Athenea Reyes
    -Penélope Luna
    -Sara Holocombe