"Exponen a 'La Peralta'"

Documentos del matrimonio y muerte de la diva, amplificaciones de fotografías inéditas en Mazatlán y hasta una de las supuestas joyas que el viudo Julián Montiel, vendió en el puerto en 1883, después de que murió "El Ruiseñor Mexicano", se muestran en la galería del Teatro Ángela Peralta en la exposición Iconográfica de Ángela Peralta.
Está muestra es parte de los eventos con los que se conmemoraron los 125 años de muerta de la más famosa soprano mexicana.
Copias de los documentos amplificados que avalan el matrimonio de la cantante con Julián Montiel y el acta de defunción que se realizó unas horas después del enlace, se pueden revisar en está exposición.
El objeto central de la muestra es el cuadro que pintó Antonio López Sáenz, en el que se reproduce la llegada de la cantante al puerto.
Llaman la atención dos grandes copias de fotografías de la artista que no se conocían en el puerto, en las que luce elegantes vestidos a la moda de mediados del siglo 19.
Otro de los objetos que jala la curiosidad del público es el guardapelo de oro, con cuatro pequeñas perlas que supuestamente perteneció a la artista y que se dice que formaba parte del lote de joyas, que vendió el viudo Julián Montiel, después de la muerte de La Peralta.
Está joya la adquirieron los antepasados de Rigoberto Lewis, quién prestó la joya al Instituto de Cultura Turismo y Arte de Mazatlán para que la exhibieran en esta exposición.
También esta expuesto un libro original, con partituras de composiciones de la excelsa, quien además de cantar, escribía música, tocaba el piano y el arpa. Este libro fue donado al Instituto de Cultura turismo y arte de Mazatlán por un periodista que consiguió el texto en La Habana, Cuba.

EN CORTO
La exposición iconográfica de Ángela Peralta estará expuesta en los altos del Teatro Ángela Peralta, hasta el 15 de septiembre del 2008.
Se expone el cuadro que pintó Antonio López Sáenz, en el que se reproduce la llegada de la artista a Mazatlán.
También se muestra una de las joyas, que supuestamente pertenecieron a la soprano, y que el viudo Julián Montiel vendió en el puerto.