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"Familia"

"¿Sabe cómo es su familia?"
06/11/2015 10:54

    Diana Rodríguez de Ibarra

    La familia puede ser el sitio donde encontramos amor, comprensión y apoyo, aun cuando falle todo lo demás, es el lugar donde podemos refrescarnos y recuperar energías para enfrentar con mayor eficacia el mundo exterior. Pero para millones de familias, esto es nada más un sueño.

    AMOR, ALEGRÍA, TRISTEZA Y DOLOR
    Hablar de la familia es hablar de uno mismo, es reconocer en qué tipo de familia nos formamos y qué tipo de familia formamos, y cualquiera que sea nuestra conclusión no podemos dejar de reconocer que en todas las familias hay cosas buenas y no tan buenas, en ella se viven toda clase de situaciones que nos permiten experimentar sentimientos y pensamientos que nos llenan de amor, alegría, tristeza y dolor que a fin de cuentas nos llevan a ser la persona que somos y queremos ser.
    En la actualidad existen varios tipos de familias, una es la natural, donde conviven en amor y responsabilidad el padre y la madre haciéndose cargo de la crianza de los hijos hasta que han crecido. Otro tipo de familia es la que está compuesta por un solo padre, ya sea por fallecimiento de la pareja, por divorcio o abandono y el progenitor que queda asume todas las responsabilidades paternas.
    También existe la familia mixta, donde el padre y/o la madre se vuelven a casar y los hijos son criados por padrastros o padres adoptivos o sustitutos. Y por último la familia institucional en donde los niños son abandonados y crecen al cuidado de trabajadores sociales.
    Todas las personas desearían pertenecer a una familia natural porque es más factible que pueda ser armoniosa y nutriente dada la manera como está conformada, aunque también hay que reconocer que cuando se llega a ser parte de otro tipo de familia, no significa precisamente que se tenga que vivir en la infelicidad o que sea una mala familia, lo que sucede es que se tiene que hacer mayor esfuerzo para aprender a nivelar la estabilidad de los integrantes por la carencia o la combinación de los afectos principales del padre y la madre que no se encuentran en su lugar.

    UNA BUENA PAREJA
    Las parejas se unen en matrimonio por diferentes razones, siendo el amor la más común en la mayoría de ellas. En cuestión de elección de pareja las cosas aparentemente pueden ser muy simples; sin embargo, esta decisión es la más importante en la vida de los hombres y las mujeres, pues una buena o mala elección puede determinar en forma absoluta la felicidad o la desdicha en lo personal y familiar.
    Una buena pareja nace y se hace, nace principalmente de la atracción física que incluye no sólo una cara bonita o un cuerpo atractivo, sino también influye el tono de voz, el carácter introvertido o extrovertido, el sentido del humor, el temperamento calmado o enérgico, y la capacidad intelectual.
    Y en un aspecto más amplio, la pareja se hace y se consolida cuando se conocen y comprueban que existe no sólo atracción sino afinidad en la forma de ser y pensar.
    La afinidad y similitud es la base para que la relación crezca y dé lugar al amor verdadero, pues cuando se cae en la justificación o negación de las diferencias de la pareja, el precio que se paga puede ser muy alto. Las personas podemos adaptarnos, podemos cambiar, evolucionar, madurar y, por qué no, motivar a otros también al cambio, pero nadie puede cambiar si ese deseo no parte de sí mismo, por lo tanto hay que ser honestos y reconocer cuando la pareja tiene formas de ser o de actuar diferentes que no es posible aceptar, sobre todo si se salen de los valores y la estructura personal, como es en cuestión de adicciones, maltrato, agresividad e irresponsabilidad, ya que por más amor que se tengan éste se va a ir deteriorando hasta acabar con la relación.
    Una buena pareja se forma con la combinación de amor, intereses y aptitudes semejantes, creencias semejantes, antecedentes académicos y culturales semejantes, nivel de vida socioeconómico semejante, interés sexual semejante, y relación por igual con la familia de cada uno.
    Cuando uno o varios de estos factores no se complementan, la disposición de adaptarse para vivir armónicamente puede suplir las diferencias, pues hay parejas diferentes que han sabido complementarse y han puesto todo su empeño para formar una pareja amorosa y estable.

    LOS TIPOS
    En la consulta sicológica conocemos a un sinnúmero de estilos de familia, las cuales podemos ubicar en una escala que va desde normal o nutricia hasta perturbada y conflictiva. El clima emocional de la familia lo conforman todos los miembros de la casa, pero el estilo al que pertenecen lo determina la combinación de la personalidad de los padres y la forma en que actúan entre sí, siendo además los responsables de crear el ambiente que favorezca un sentimiento de bienestar familiar.
    -La familia integrada
    Se caracteriza por ser organizada, la integra el padre, la madre y los hijos, y cada uno conoce y realiza sus deberes. Los padres actúan con madurez y tienen como principio el respeto y el amor, no existe egoísmo y piensan ante todo en el bien común de la familia. Ningún padre es autoritario, y resuelven sus conflictos de manera sana y directa apoyándose por igual en la crianza de los hijos.
    -La familia sobretrabajada
    Es la familia donde ambos padres viven intensamente ocupados fuera del hogar. Su esfuerzo está puesto en lograr un mejor nivel de vida en cuanto a casa, colegios, carros. Los hijos se quedan al cuidado de otros adultos como abuelos, nanas, guardería, o clases extracurriculares. No se sienten con culpas porque piensan que es mejor darles "calidad que cantidad", aunque frecuentemente se muestran cansados y presionados.
    -La familia de apariencia
    Es muy similar a la familia desintegrada, los padres no se aman, pero se soportan por conveniencia, tienen acuerdos y ante la sociedad fingen la unión, es lo que ahora llaman "divorcio in house". Cada quien lleva su vida y demuestran la agresividad en forma pasiva y nadie se interesa por nadie. A diferencia de la desintegrada en la que los gritos, pleitos y reclamos son parte de la rutina, al menos uno de los padres se interesa por el bienestar de los hijos. En cualquiera de los dos tipos prevalece el egoísmo y el desamor hasta el punto del odio, la afectación emocional de los hijos es severa y sólo esperan crecer para separarse y librarse de ese ambiente hostil, aunque si no buscan la recuperación es probable que repitan el modelo de familia.

    La vida en familia se compone de problemas, pero cuántos tenga no es lo que importa; lo que sí importa es cómo, cuándo y quién los resuelve, pues de esto depende que sus miembros aprendan a enfrentar con valentía y madurez lo difícil de la vida, fortaleciéndose para crear el mejor tipo de familia.

    *La autora es sicóloga y terapeuta familiar.
    Correo electrónico: dffac@prodigy.net.mx