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"Imágenes sueltas"

"Imágenes sueltas"

    La última novela que leímos en el taller de análisis literario de los miércoles fue La mujer justa, del autor húngaro Sándor Márai. Antes habíamos leído El último encuentro y La hermana. Nos gusta Márai. Nos gusta, además leer novelas cuyas historias suceden en Europa en ese periodo de la Segunda Guerra Mundial. Es curioso, porque en el momento de recordar a todos estos personajes resulta que unos están en Suiza (Cohen), otros en Japón y Londres (Ishiguro), algunos en París, (Maugham) casi tropezándose con los de Le Clézio, y los de Márai en Budapest, Hungría. Además, durante varios meses estuvimos siguiendo con la mirada exhaustiva de Magris, la ruta del Danubio. Creo que nos gusta este periodo de la historia porque no dejamos de sorprendernos de la increíble capacidad del individuo por destruirse y rehacerse. Todas estas novelas mencionadas han sido una especie de radiografías del alma. La complejidad de la conducta humana no se define en unos cuantos patrones, como tampoco la madeja que se entreteje entre unos y otros. Una mirada oculta, un gesto rápido, una sonrisa forzada, el aroma de alguien que pasó, nos ocultan o dicen más en cuestión de segundos que largas vidas compartidas.
    Hay conversaciones que nunca sucedieron. Y las recordamos. Hay cartas que nunca se escribieron, y las leímos. Fotografías borradas que contienen emociones y anécdotas distintas de quienes las observan. Como en un caleidoscopio. Como la lectura de una novela. Como la pieza musical que escuchamos a lo lejos...

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