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Columna religiosa

La belleza conduce a Dios

    1) Para saber

    La basílica de la Sagrada Familia de Barcelona es una de las obras arquitectónicas más bellas sobre la tierra y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Se le debe a Antoni Gaudí, quien decía que había tres grandes libros de los cuales se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el de la Sagrada Escritura y el de la Liturgia. Por ello introdujo piedras, árboles y vida humana, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina. De la Sagrada Escritura extrajo pasajes, sobre todo, de los misterios de la vida de Jesucristo: su nacimiento, pasión, muerte y resurrección. Y todo ello para enmarcar las ceremonias litúrgicas. Encontramos así representadas la belleza de la naturaleza, la belleza de la historia de la salvación y la belleza de la liturgia. A esta última se refiere el Papa Francisco en su última Carta Apostólica, “Desiderio desideravi”, en que desea que esa belleza nos lleve a descubrir el amor de Dios.

    La belleza nos lleva a Dios porque toda belleza participa de la Belleza infinita de Dios. Además, descubrimos que toda belleza es gratuita, se nos da. De la misma manera Dios también se nos da de modo gratuito. La gracia, que proviene de Dios, como lo indica la raíz de la palabra –gratia-, es gratis. Se nos invita a ser también generosos y darnos a los demás de modo gratuito.

    2) Para pensar

    Un ejemplo de cómo la belleza lleva a Dios lo encontramos en el japonés Etsuro Sotoo. Siendo profesor en Japón, se interesó por esculpir la piedra y viajó a Europa. En Barcelona, tras contemplar la Sagrada Familia de Gaudí y comprender la belleza del catolicismo, decidió bautizarse y asumió el nombre de Lluc Miquel Ángel. Fue quien se ocupó de las esculturas de la fachada del Nacimiento de la gran obra monumental del arquitecto catalán.

    Hace años concedió una entrevista a Zenit y declaró: «Cuando contemplamos el edificio vivo de la Sagrada Familia no tenemos que olvidar que ésta es sólo un signo que nos remite a lo más alto... El amor es la cosa más importante de la vida. El amor es la clave de lectura de Gaudí. Gaudí es pura sabiduría: es necesario conocerlo pero sin olvidar que tenemos que amar. Sin amor, no llegaremos a entenderlo nunca. Yo veo a Gaudí, contemplo su mirada que me da fuerzas y me invita a mirar mucho más lejos. Él me enseña cada vez más cosas, a mejorarme, a confiar en Dios. Antes tenía más dudas, ahora noto con mucha más fuerza que está ahí. Para conocer a Gaudí no hay que quedarse sólo con su parte arquitectónica, sino ver el sentido de su obra: lo importante es buscar la verdad y no tener miedo. Sin amor no existe arte, ni cultura, ni material siquiera”.

    3) Para vivir

    La poderosa belleza de la Liturgia está en que nos conduce al encuentro con Cristo, nos remite a Dios mismo, dice el Papa. La Santísima Trinidad ha elegido un modo para abrirnos el camino a la comunión con Dios. Por ello, afirma el Papa Francisco, la fe cristiana, o es un encuentro vivo con Él, o no es. Aquí radica la importancia de la liturgia al garantizarnos la posibilidad de tal encuentro con Cristo. Y conserva como su tesoro más precioso, el mandato del Señor de celebrar la Eucaristía: “haced esto en memoria mía”. (articulosdog@gmail.com)

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