|
Columna

La familia

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Se entiende por familia esa estructura en la que el ser humano se personaliza y socializa, es decir, el lugar propio y primario donde vivir y crecer de las personas y la sociedad, la razón de esto es que en la familia el ser humano es -o debería ser- absolutamente aceptado por sí mismo sin condicionamientos de (inteligencia, color, simpatía, belleza o cualquier otra cosa) como te reconocen y aceptan y se relacionan se comienza a aprender a ser un ser social. En otras palabras cómo es la sociedad conyugal aprenderán a ser la sociedad civil.

    Y por lo que estamos viendo en la sociedad civil las familias no están cumpliendo, no están siendo ese núcleo social que deben para que cuando se sale de ella no sean como elefantes en vidriería, y esto sucede porque no se tomaron la molestia de reflexionar sobre qué esperaban, que deseaban, pero también que estaban dispuestos a ofrecer y renunciar.

    La encarnación práctica de la armonía de lo social y lo individual es lo que se encierra justamente en el concepto de persona – Atención: ¿cómo trato a las personas de mi familia? Con respeto? Corrijo porque deseo ayudarles a mejorar, crecer, responsabilizarse, etc. Con razones y buen modo o con gritos, groserías, enojos, porque me molestan?

    La palabra clave en las relaciones de familia es el respeto, como personas individuales con sus propias maneras de ser, gustos, personalidad, etcétera, no pretendiendo que sean como uno quiere que sean. Dado que la persona no vive solo de instintos, sino de aprendizaje ha de aprender a ser lo que es, es decir, ha de humanizarse, (los animalitos sobreviven por sus instintos nosotros tenemos que humanizarnos o personalizarnos, cada uno distinto al otro, todos con el mismo derecho a ser respetados y amados y cuidados y educados, de la manera más plena posible.

    El aprendizaje práctico, el único que realmente sirve en este caso –de ser persona- se realiza esencialmente en la familia, ninguna otra institución podría lograrlo adecuadamente mucho menos el gobierno desde las escuelas con sus ideologías además cambiantes, que es lo que se está tratando de hacer, no solo en México, quitarle el derecho a los padres de educar y decidir mientras los hijos son menores. Y las familias ni cuenta se dan, están como la ranita que la ponen en la estufa con agua fría y termina hervida ni cuenta se dio porque se fue calentando de a poco.

    Los primeros 16 y 18 años de la vida son en los que los aprendizajes prácticos básicos tienen lugar, pasado ese momento se corre el riesgo de que el aprendizaje moral sea sólo teórico, abstracto como lindos discursos que no se entienden de verdad menos se practica.

    En cambio se habrán instalado en su subconsciente ideas perjudiciales por lo menos como las que están de moda: que todo es relativo y depende de que muchos acepten para que esté bien algo que de suyo es malo, que hay que alcanzar el éxito no importa a costa de qué o quién, que tener es lo importante y lo que te hace ser valioso. Cosas por el estilo hay muchas.

    El sexo es genéticamente imprescindible. Atención: ¿cómo es la dinámica del sexo en la familia?, ¿se utiliza para manipular, como premio o castigo, se usa a la persona o hay entrega total?

    ¿Existen roles establecidos de los que no se puede salir, uno que atiende y otro para ser atendido o hay cooperación que no es ayuda sino responsabilidad mutua?, ¿la sexualidad es una demostración de amor o de poder?

    Atención, todo esto lo ven los hijos y siguen el patrón aprendido. El sexo es genéticamente imprescindible para el nacimiento de la persona, la familia, sin embargo, es genéticamente la pieza clave, básica para el desarrollo de la persona humana en cuanto tal, fuera del ambiente familiar un niño se educa mal y están saliendo mal porque las familias no son familias, el matrimonio como unión estable de los padres es el mejor sistema para constituir una familia que eduque.

    Aquí la palabra clave es estabilidad, confianza en que nadie te moverá el tapete, pero si todos tus amiguitos resulta que ahora tienen un padre o madre en casa y al rato ya no, la estabilidad es básica para los niños pero también para los adultos, nadie le pondrá todas las ganas y las luchas si siente que en cualquier momento puede ser cambiado por otro modelo.

    Si no tiene la tranquilidad de que los dos están igualmente comprometidos a que la relación de amor no se termine, a cuidar el amor como flor de invernadero, si cada uno está en lo suyo y no atiende las necesidades del otro, como si se pudiera valer por sí solo por ser adulto, y no se interesan por lo que hace o pasa al cónyuge, o de plano ni se casan porque primero hay que ver si funciona y claro no funcionará.

    Familia, sexo y matrimonio son realidades distintas, aunque puedan relacionarse, y su combinación es particularmente relevante para la vida humana, se pueden dar por separado sexo sin familia ni matrimonio muy de moda, matrimonios que no tienen vida familiar a veces tampoco sexual, y hay verdaderas familias sin matrimonio ni vida sexual.

    Pero la familia matrimonial es imprescindible en toda sociedad que quiera alcanzar un alto grado de humanización.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!