"¿La gesta social de 1910 cambió al País?"
MÉXICO (APRO)._ La exposición permanente del Museo Nacional de la Revolución concluye con una sala en la que se pregunta si ese hecho armado cambió a México, y en seguida, mediante una serie de cédulas, busca argumentarse las supuestas transformaciones positivas que ha experimentado el país a Partir de ese episodio histórico.
En torno del recinto, ubicado a los pies del Monumento a la Revolución, en los sótanos de lo que originalmente se proyectó para ser el gran Palacio Legislativo del porfiriato, los maestros disidentes de diversos rincones del país aún mantienen su plantón contra la reforma educativa impulsada por el actual gobierno federal.
Y a unos cuantos metros del lugar, la avenida Paseo de la Reforma seguía siendo sede y testigo, hasta hace unos días, de multitudinarias marchas, manifestaciones y actos de protesta ciudadanos contra la Reforma energética promovida por la administración de Enrique Peña Nieto.
"¿Cambió al País la Revolución Mexicana?", reza el título de la cédula de dicha sala, en cuyo recorrido se consigna cómo 30 años después de esa gesta, de ser un País casi despoblado, con 72 por ciento de analfabetismo y 85 por ciento de población rural, en el que había condiciones de trabajo cercanas a la esclavitud, México duplicó su población, abatió el analfabetismo y redujo los abismos sociales.
La expropiación petrolera
Las fotografías y demás documentos exhibidos en esa parte de la muestra dan cuenta de la expropiación petrolera encabezada por el Presidente Lázaro Cárdenas, en 1938; la educación de tipo socialista promovida por ese mismo mandatario, así como la reforma agraria, que implicó el reparto de tierras a escala nacional.
De igual manera, se ilustran las "misiones culturales" implantadas por ese mismo gobierno mediante las que se buscaba extender la educación a todas las comunidades del País y abatir el analfabetismo; y la política de solidaridad internacional y hospitalidad del cardenismo, con la recepción en México de los exiliados Republicanos españoles, a partir de 1939.
Entre esas fotografías pueden observarse las del pueblo volcado en torno de Bellas Artes en 1938 con varias de sus pertenencias para apoyar la recuperación de los hidrocarburos nacionales, la del general Lázaro Cárdenas sobre una piragua con un grupo de maestros rurales y la de los llamados Niños de Morelia, como se denominó al grupo de 465 menores de edad, entre huérfanos de guerra e hijos de combatientes republicanos, que fueron traídos al país de España en un barco de bandera francesa.
Moderno e inovador
El Museo Nacional de la Revolución muestra un aspecto fresco e innovador tanto en su infraestructura como en su museografía gracias a la remodelación de la que fue motivo hace tres años, por la conmemoración del centenario del inicio de esa lucha armada.
Es un espacio museístico moderno, atractivo para el visitante, el cual, durante el recorrido, se encuentra con información detallada, más no farragosa, que permite comprender los antecedentes, las causas, la evolución, el desenlace y las consecuencias de la Revolución Mexicana.
Todo ello apoyado en puntuales textos de sala, imágenes históricas, videos y programas multimedia alusivos a los temas en cuestión y, por supuesto, no pueden faltar las vitrinas con reliquias, objetos o documento históricos y emblemáticos de cada una de las etapas de las que se da cuenta durante el recorrido.
EN CORTO
El recorrido comienza con una sala dedicada a explicar los orígenes del Monumento a la Revolución, que se remonta a 1897.
La faraónica obra, cuya primera piedra fue colocada por el propio General Díaz, el 23 de septiembre de 1910, debió ser suspendida por la falta de recursos a raíz de los hechos armados de la Revolución.
La obra se reanudó y se trabajó de 1933 a 1938.