"La historia de Mocorito, a la vista"
CULIACÁN._ El orgullo de la Atenas de Sinaloa, las figuras, las faenas, su gastronomía, agricultura, son los elementos con los que Ernesto Ríos armó un rompecabezas para lograr el mural Mocorito, Ateneo Sinaloense, con el que la historia de este pueblo señorial está a la vista de su gente.
La obra monumental, instalada hace unos días, es parte de un proyecto de desarrollo comunitario realizado con un recurso bajado del Conaculta, y el apoyo para transportación del municipio y de Grupo Anjor.
El autor de la pieza, Ernesto Ríos Rocha, dijo que una parte importante del anteproyecto consistió en investigación; platicó con historiadores como Juan Avilés, consultó libros de Enrique Peña, entre otros.
Dividido en escenas, en la primera el espectador "viajará" a la Conquista, la fundación de Mocorito en 1594, la llegada de los jesuitas, la matanza de los 150 indígenas, donde Ríos Rocha destaca a Ayapín, que fue el héroe de entonces. Aparecen el conquistador Vázquez Coronado, enviado por Nuño de Guzmán.
La etapa de la Revolución, contó el muralista mocoritense, es una alegoría en la que se ven a caballos a algunos personajes de este conflicto armado, haciendo alusión a Rafael Buelna Tenorio, Pancho Villa y Emiliano Zapata.
La mirada se va ávida ante la pieza imponente en la que pareciera cobrar vida un danzante de venado, un jugador de ulama, los dos caballos que corrieron: el Alazán y al Rosillo, en la famosa carrera de San Benito, Mocorito.
Recuerda al poeta Enrique González Martínez, quien fuera de origen tapatío, y que en su estancia en Mocorito fundó el primer periódico local Voz del Norte, junto a José Sabás de la Mora y otros escritores.
"Al fondo de esa figura están los tres grandes -Rafael Buelna, Eustaquio Buelna y Agustina Ramírez-, no quisimos poner los rostros de personajes en sí, como ya sabemos están los tres grandes que son los más importantes pero hay muchos personajes de Mocorito que si los ponemos a todos a lo mejor hay conflictos", explicó el también autor del mural más grande del mundo, realizado en Mazatlán.
La gastronomía, algo por lo que también se saborea la visita a este pueblo, tiene un apartado. En charolas se pueden ver quesos, el chilorio, mestizas, pinturitas.
También en Mocorito, Ateneo Sinaloense destacan construcciones antiguas, que han estado llenas de leyendas y mitos. Están las iglesias de la cabecera municipal y de Capirato, la escuela Benito Juárez, el centro cultural José Ley Domínguez, el Hotel Mission, otrora Hotel Inzunza.
Del carnaval, que con particular alegría viven los pobladores, la vista pasa al área de la agricultura representada con un elote, cacacuate, tomate, garbanzo, coronada con el Escudo Oficial de Mocorito.
Las nuevas generaciones pueden palpar la historia, y aquellos ojos delineados por la huellas del tiempo sentirse orgullosos del pasado que está presente al paso en la plaza dedicada a El Granito de Oro, como una escena presente, colorida e imponente.
"Es un mural educativo, sabemos que no se puede omitir la historia, que la gente se tope con la identidad, y más que este trienio está muy fuerte la idea de hacer a Mocorito Pueblo Mágico", comentó Ríos Rocha, quien en Sinaloa ha realizado cerca de 20 murales.
COLABORADORES
Trabajaron en este proyecto junto a Ríos Rocha: Santos Serrano, Óscar Marino, Samuel Camacho, José Luis Nevárez, Francisco Junior Ortiz "El Tocayo", Patricia López y Flor Camacho.
MEDIDAS
El mural Mocorito, Ateneo Sinaloense mide 30.5 metros de largo, por 3.20 de alto.
TIEMPO
Se empezó a trabajar en el mural en febrero; el plazo para terminarlo era de cinco meses, se logró en cuatro.
DESMONTABLE
Es una obra monumental desmontable, lo que evitará problemas como humedad. Fue realizado sobre placas de concreto sostenidas por una estructura metálica.
COSTO
El monto que se bajó del Conaculta para aplicarlo a la realización del mural fue de un millón de pesos.