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"LITERATURA"

"Lanza 'Tatuajes al viento'"

"Blanca Lilia Montoya presenta su libro, en el Casino de la Cultura"
08/11/2015 11:10

    CULIACÁN._Habían pasado meses de trabajo editorial para la publicación final de su novela, Tatuajes al viento, y cuando llegó por fin el libro, Blanca Lilia Montoya no se había enterado. La producción había llegado de Guadalajara y se había ido directamente a la Feria del Libro Universitario. Y cuando lo supo, corrió a la feria para comprarlo.
    La anécdota desató las risas del público que acudió a la presentación del libro número 30 de la Colección Palabras del Humaya, que publica el Instituto Municipal de Cultura Culiacán, en la que el escritor Élmer Mendoza —con quien trabajó esta historia a partir de que se incorporó en el taller de escritura que impartió en el 2000—, propició una charla llena de anécdotas en la que la autora habló del proceso
    Mendoza manifestó en un principio el gusto de ver publicado al fin el libro, pues lo estuvo trabajando novela lentamente y siempre había nuevas propuestas se volvía a corregir.
    "Era un mecanismo casi perverso, no podíamos concluir, pero una novela debe obedecer a reglas fijas, que mientras no estén, la historia no funciona,. todo el trabajo tiene que ver con eso, con intentar que cada uno de los escritores enfoquen lo que tiene que ver consigo mismo, la voz de narrador no es fácil, hay una serie de bloqueos que impiden que las cosas sean como se debe, siempre hay influencias y eso dificulta el trabajo", dijo.
    "Blanca ha conseguido una historia digna de ser leída por ustedes. El libro de pronto está solo, tiene que defenderse solo de las criticas, de los que leen para denostar y también disfrutar las caricias de los que leen para querer, para encontrar las virtudes".
    Maritza López, editora de la colección, manifestó el gusto de que plumas nuevas se integren porque experimentan el proceso de escritura.
    "Tatuajes al viento es una novela de 25 capítulos cortos, historia de una mujer como tantas, desarrollándonos en la actividad propia de la hija, esposa, madre, profesional, la que sale a trabajar todos los días y el proceso que sufre es el que hemos sufrido muchas, tratar de encontrar nuestra identidad, a nosotras mismas".
    Acompañada por una gran cantidad de amigos, familiares y lectores, Montoya confesó que ver publicado su libro es como una graduación, pues dejaron de ser cuartillas para convertirse en páginas y todo es resultado de muchas sesiones de trabajo y comentarios de amigos.
    Contó que la historia se le ocurrió porque guardaba una imagen me había impactado en la infancia y era la de una amiga alegre, inquieta, inteligente, cuya madre era todo lo contrario, una mujer sumisa, reprimida, triste y a la vuelta de los años esa misma muchacha se parecía a la mamá.
    "Y tratando de cambiarla, que no fuera esa muchacha parecida a su mamá, a Magda la fueron cambiando de la muchacha limitada, que se cuestionaba mucho y se casa con Mariano, la fue transformando la vida, las traiciones de su amiga y su marido, la llenan de coraje y evoluciona, se revoluciona".
    Habló de sus personajes, de los contrastes que sus vidas tienen, su simpatía y de cómo logró las voces en cada uno de ellos.
    "Hay un capítulo que me gusta mucho, creo que es el ocho, porque pongo fragmentos de voces que en apariencia eran la misma voz, lo hice a propósito porque creo que en muchas cosas, aunque en apariencia, pretendemos ser diferentes a los demás y nos parecemos en muchas cosas, eso fue con premeditación, en cuanto a la voz, primera o segunda persona, a mí me gusta la primera persona".


    Detrás de la novelista
    Cuando Blanca Lilia Montoya estudiaba secundaria, participó en un concurso de ensayo biográfico y aunque ganó el primer lugar, no se quedó a gusto. Pensó que el maestro de español había retrabajado sus ideas, y se preguntaba qué tanto había sido de ella lo escrito. Por esas mismas fechas participó en el concurso Por qué me gustaría conocer Puebla, y obtuvo una mención que disfrutó tanto como el primer lugar.
    Ahora piensa que ahí puede estar la génesis de su inquietud por la literatura, aunque estudió Economía y hasta hace dos años trabajaba en la Secretaría del Trabajo. En 2000, cuando ingresó al taller de Élmer Mendoza, dio rienda suelta a la escritura y ahora presenta su primera novela.
    -- ¿Qué la llevó al taller de Élmer?
    El gusanito que vivía anidado, cuando uno lee libros que le gustan, desea también escribir y más cuando hay finales que no te gustan, y muy cretino uno quiere cambiar las cosas.
    -- ¿Cómo fue el proceso de trabajo?
    Un poco lento, trabajo despacio, hasta hace dos años laboraba en la Secretaría del Trabajo y me dejaba poco espacio, y en estos dos años me enfoqué de lleno, del año pasado para acá fue revisión a detalle, minuciosa.
    -- ¿Qué autores la acompañaron?
    Yo no sabría de influencias pero los autores que he consultado son José Saramago, Antonio Lobo Antunes, Élmer Mendoza, David Toscana, Eduardo Antonio Parra, Alejandro Dumas, Inés Arredondo me cimbra, me sacude.
    -- ¿Qué sigue?
    Estoy trabajando un nuevo libro, quiero ver cómo lo armo, tengo unas cuartillas, quiero hacerlo como género epistolar.


    EL TÍTULO El título de 'Tatuajes al viento' surgió porque Magda, el personaje principal, tiene un montón de marcas y cicatrices que debe romper, arrancarlos y tirarlos para que cambie todo.

    y por qué estudió economía
    no había letras, psicología y no tenía recursos para irme a otro lado y no terminaba de definirse esa inquietud, yo creo que todos estamos en etapa de crecimiento y uno se la pasa así, esperando en determinado momento se dan las circunstancias.Yo creo que empieza uno como lector, en ese entonces leí Resurrección de Tolstoi y luego devoraba los cuentos de Chejov y lo que cayera en mis manos, lo que era furor, los autores rusos.