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"Le 'roban' su historia a Luis González de Alba"

"Revela que su vida inspiró a Manuel Puig a escribir El beso de la mujer araña"
06/11/2015 11:22

    MÉXICO (UNIV)._ No pocas personas coinciden en que el escritor y líder del movimiento del 68, Luis González de Alba, es un tenaz guardador de secretos.
    Uno de estos tiene que ver con El beso de la mujer araña, la novela más popular del escritor argentino Manuel Puig (1932-1990).
    Más de tres décadas después de su publicación (1976) y a partir de la aparición de Otros días, otros años (Planeta, 2008), novela autobiográfica de González de Alba, el autor tapatío revela con detalle la inspiración del libro que consolidó internacionalmente la fama literaria de Puig, gracias, en gran medida, al éxito de su versión cinematográfica y teatral.
    En ambas obras, la de Puig y la de González de Alba, el tema es la relación amorosa entre un preso político y un reo común. Uno seduce al otro con sus relatos. En El beso de la mujer araña son historias de Hollywood, en Otros días, otros años las narraciones se refieren al movimiento estudiantil.
    Aunque El beso no tiene ninguna referencia a Luis González de Alba, Otros días otros años señala a un argentino llamado Manuel, a quien le comenta que tiene notas de sus años en la cárcel.
    "Verás, quise mucho a un preso, un preso común caído por homicidio accidental. Un preso político? homosexual, y uno común, heterosexual".
    Los paralelismos entre los dos libros provocaron suspicacias. González de Alba, detenido el 2 de octubre de hace 40 años en Tlatelolco y preso tres años en Lecumberri, despeja las dudas.

    La inspiración
    No recuerda la fecha exacta. Pero sabe que fue a finales de 1973 o principios de 1974. Él estaba ya de regreso en México, luego de haber sido obligado a salir del país por su activismo político.
    Durante su semiexilio estuvo en Santiago de Chile y Buenos Aires. Fue en esta última ciudad donde en la Navidad de 1971, un amigo en común, Héctor Valdés, agregado cultural de México en Argentina, le presentó al escritor Manuel Puig, quien ya tenía éxito en su país con sus obras La traición de Rita Hayworth (1968) y Boquitas pintadas (1969).
    Años después, ambos volverían a verse en la Ciudad de México. González de Alba vivía con Ernesto, su pareja de entonces, y Puig con el pintor Ricardo Regazzoni. Todos en el barrio de Coyoacán, al sur de la capital. Algunas veces se visitaron. En una ocasión, Luis y Ernesto invitaron a comer a Ricardo y a Manuel. Cuando se despedían Puig le preguntó a González de Alba: "Y vos? ¿escribís algo ahora?".
    El escritor tapatío le relató brevemente su romance carcelario en Lecumberri.
    "Le hablé de la historia de un preso político -que era yo- muy entusiasmado por un preso común. Le dije: Tengo un montón de notas sobre esto y no me he puesto a trabajarlo", recuerda.
    "Manuel se quedó helado, mudo, ni siquiera parpadeó".
    No volvieron a tocar el tema. Días después, Puig regresó a la casa de González de Alba, le pidió unos libros sobre la homosexualidad, ya que, le dijo, estaba escribiendo algo alrededor de ese tema. González de Alba, sicólogo de profesión, se los prestó. El último encuentro ocurrió cuando Puig le devolvió los textos.
    "No hubo despedida. No volví a saber de él sino que se había ido a Nueva York".
    En 1976 Manuel Puig publicó El beso de la mujer araña. Cuando leyó el libro, González de Alba dice que buscó a ver si tenía un parrafito, una dedicatoria.
    "Dije, bueno, ni modo. No tengo nada qué reclamar. La idea fue muy breve y él construyó en torno de esa idea. Creo que fui la inspiración de esto, pero la construcción de la novela es obra de Manuel. Fue una idea que se expresó en tres frases y con eso nadie, si no es Manuel Puig, escribe una novela", dijo.
    "Creo que uno no tiene ningún derecho sobre una idea. Las ideas son de quien las trabaja, y Manuel la trabajó de forma estupenda aunque más políticamente correcta: el preso político no es gay".
    En El beso de la mujer araña las sexualidades son políticamente correctas: el guerrillero, preso político, es heterosexual.
    "El maricón es el preso común. Yo se lo conté a Puig al revés. No reclamo nada", dice el ensayista, pero añade que tampoco le gustaría que se dijera que él le debe algo a Puig.
    "Si mi libro se parece extraordinariamente a la novela de Puig es porque yo se la conté. Cuando leí El general en su laberinto, de Gabriel García Márquez y el reconocimiento a Álvaro Mutis como fuente de esa idea, me dije: Este es un caballero. ¿Por qué Manuel nunca me dijo nada?".

    MANUEL PUIG
    La obra de Manuel Puig, enmarcada en el llamado arte pop que irrumpió en la escena artística durante los años 60, se valora actualmente como una de las más originales del Siglo 20.