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"Legenda"

"Legenda"
06/11/2015

    Miguel Sandoval Fernández

    ¿Cuál dosis?
    Segunda de dos partes

    Nos quejábamos del totalitarismo, nos escandalizábamos ante él y ahora nos causa admiración la política interna y externa del país más rico en ciencia y tecnología del mundo, pero pregúntense ¿qué viene siendo la globalización?
    Creo que es el "totalitarismo" ante lo cual lo moderno no se asusta dado que ha sido enmascarado por los medios de comunicación.
    Usted, señor, es un hombre privilegiado que viene siendo hijo del Estado, que ha sido educado en universidades extranjeras con el conocimiento deseado e inventado en las grandes corporaciones utilizando (dichas escuelas) el método sicológico B. Skinner, modernizando o enmascarando el método de condicionamiento del método I. Pablov.
    Guarde usted sus temores, seguirá utilizando los productos de la riqueza generada como sus corbatas Boss, Laurent, sus buenos vinos, entre ellos uno llamado Petro, sus trajes Versace, Hugo Boss, Armany y sus largas pláticas de café con el método socrático.
    Esté usted seguro que la mayoría de los mexicanos no conoce un Sanbors y menos el crujido (soundbite) o el masticar de sus enchiladas.
    Está preocupado por los 15 millones de pobres extremos y los otros 10 de pobres simples. Por curiosidad, ¿conoce usted la pobreza? y teóricamente lucha por ella para erradicarla pero yo le sugeriría que trabaje en un sistema matemático que nos instruyera cómo debería ser su mundo.
    También en su sentido figurado habla usted de la maldad encarnada y dice trivialmente que odiamos a los gringos, para un servidor mi respeto y admiración para el pueblo estadounidense, para nosotros los gringos son la familia Bush, los Dupont, y las grandes transnacionales, esos son los gringos, la mayoría de los ciudadanos que tenemos solamente el voto somos hijos de mujer, pero usted es hijo de nación o del Estado, así que será bien recibido en cualquier parte o sistema de Gobierno.
    Mal no recuerdo si usted fue el que solicitó el bono democrático a Estados Unidos de América, ¡asómbrese! Ya es una realidad, dicha torta es vista en las calles de ciudad y en las veredas de las tierras rurales.
    Su escrito quitó mi complejo de inferioridad para escribir sin temor a un intelectual como usted.
    ¿Arribista? Utilice su retroinspección, ¿ofensivo el verbo privatizar? Utiliza mal semánticamente los verbos que tanto le gustan.
    Una pequeña corrección, dice usted que el mundo ha crecido: ha crecido demográficamente, o sea que aumentó su población más de lo esperado: pero la tierra no ha crecido geológicamente. La riqueza ha crecido también y es en ocho países. No se avergüence de que México no sea uno de ellos, la vergüenza no la han inventado, ni existe la fórmula para que los grandes laboratorios la produzcan en ninguna presentación. Es un término moral y usted sabe mejor que yo a quién dársela y cómo hacerle para que se la tomen y no se atragante, pone usted como objetivo de estado crecer, crecer y crecer; por lo pronto yo soy chaparrito y no tengo ambiciones de crecer.
    No escribo con temor, ni con furia, lo escrito anteriormente no es con ninguna intención de ofender; nada más de serenarlo y que se ría de mí por un momento, ese es mi objetivo.

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