"Los 'milagros' económicos de los libros religiosos"
MEXICO (UNIV)._ El libro religioso representa 3 por ciento de lo que se publica en México, y aunque tiene subidas y bajadas, años que se produce y se vende más, o se incrementa la importación vía España, donde se mueve de manera muy semejante, su presencia es constante, incluso en los últimos cinco o seis años, los grandes grupos que publican libros de interés general han vuelto a mirar el tema religioso en un interés por satisfacer la demanda de un sector de lectores.
En diciembre de 2012, la industria editorial española reportó que 11 por ciento de su exportación a América Latina eran libros religiosos, una cifra que corrobora el informe de 2011 de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, que reporta que 14 por ciento del total de los libros importados fueron religiosos, el segundo más importante después de la literatura.
El libro religioso en México es toda una industria con más de 35 editoriales, 15 de ellas agrupadas en la Editoriales Católicas Unidas y 22 agremiadas en Caniem; imprentas que incluso le imprimen a la UNAM y a la UAM; distribuidoras de libro mexicano, español y norteamericano.
Hay cadenas de librerías -la editorial Obra Nacional de la Buena Prensa tiene 17 sucursales en todo el País-; comercializadoras, donde destaca la cadena de librerías cristianas Maranatha, con cinco sucursales -cuatro en el área metropolitana y una en Monterrey- que son casi centros comerciales con cafetería, donde venden todo tipo de artículos, y dependen de Ariel, editora de algunos títulos, pero sobre todo distribuidora de libros en Latinoamérica, provenientes de Miami.
Para toda esa industria que tiene librerías virtuales ha empezado a publicar eBooks y tiene gran actividad en Facebook y Twitter; hay lectores cautivos que consumen biblias, libros de fe cristiana, misales y devocionarios, calendarios litúrgicos, hojas dominicales y materiales didácticos para niños.
El libro religioso es de gran interés y está apenas por debajo del libro científico, técnico, literario y filosófico, que rondan cada uno 5 por ciento y 7 por ciento de la producción editorial en México que recae, en más de 60 por ciento, en libros de texto.
Victórico Albores, presidente de la Caniem, dice que en 2011 el libro religioso representó 3 por ciento de la producción total y se ubicó en la séptima posición, pero en las ventas representó 5 por ciento de la facturación.
El editor asegura que es un mercado movible, tan sólo entre 2009, 2010 y 2011 hay variantes.
"En la producción de ejemplares en 2009 tuvimos 2 millones 600 mil ejemplares, en 2010 pasaron a 5 millones 2 mil y en 2011 a 4 millones 60 mil. Ha habido subidas y bajadas", dice.
El mercado de la fe
En el libro religioso hay días buenos y otros mejores; tienen ventas constantes. Las librerías del Centro Histórico, desde aquellas que se ubican en el Pasaje Catedral -atrás de la Catedral Metropolitana-, las de Asís, San Ignacio Buena Prensa y San Pablo, tienen mucho mayor vitalidad que las de libros de ocasión, la sucursal principal de Porrúa o las pequeñas a lo largo de Donceles.
Lourdes Vargas, coordinadora de la librería San Ignacio Buena Prensa de Donceles, no tiene descanso, como no lo tienen las tres personas que la ayudan; sube y pide ejemplares, busca en los anaqueles y cobra, responde a las preguntas de seminaristas, sacerdotes, religiosas y encargados de pequeñas librerías de todo el país que llegan a surtirse.
Es constante la leyenda: "Sólo libros religiosos", ahí no venden otra cosa que la Biblia, devocionarios con novenas en honor a los santos, libros de teología para seminaristas, sacerdotes y religiosas, misales y catecismos (entre los más vendidos).
Lourdes asegura que en la librería hay unos 10 mil títulos distintos.
La Biblia es uno de los libros básicos en el mercado de la fe . La mayoría de los otros libros tienen su base en las enseñanzas bíblicas para plantear sus métodos prácticos para la vida diaria. Planeta ha publicado varios libros del Papa Benedicto XVI, entre ellos Jesús de Nazareth.
La infancia de Jesús que es un suceso en su versión electrónica; y Nada que perder, de Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que hace unos días en ocho horas vendió 35 mil ejemplares en México.
Daniel Mesino, editor de estos títulos, dice: "Publicamos en función de responder a las necesidades de los lectores, respetando la libertad de creencias... el catálogo refleja esa diversidad de creencias; sí, hay un resurgimiento del interés en el libro religioso desde hace cinco o seis años porque hay una gran respuesta".
Así han engrosado la lista con tres libros de Valentina Alazraki sobre Juan Pablo II y Benedicto XVI; y varios más del sacerdote José de Jesús Aguilar, entre ellos 365 días para acercarse a Dios y Cuentos para entender el evangelio.
LIBROS RELIGIOSOS
La Caniem reporta que en el 2011, el 14 por ciento del total de los libros importados fueron religiosos, el segundo más importante después de la literatura.
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José Ramón Díaz Fonseca
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