"LUGARES | En busca de ruinas y fantasmas"
REAL DE CATORCE(UNIV)._ Son las 9:00 horas. Trepados en el toldo de una willy (un jeep de los años 50), atravesamos el desierto potosino en busca de un pueblo mágico llamado Real de Catorce. Ascendemos por áridas montañas, largas y sinuosas pendientes a más de 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar, en un camino al que bautizaron como Cuesta de los Arrepentidos.
Y no nos arrepentimos, a pesar de este zangoloteo ni por nuestras caras empanizadas con polvo hasta en los dientes.
El gusto por la aventura en este paisaje de cerros pelones a los que les explotan cactáceas de espinas rosadas, compensa cualquier incomodidad.
Historias de aparecidos y leyendas le dan sabor al recorrido de tres horas y que inicia en Estación Catorce, a una hora y media de Matehuala.
Paramos para apreciar lo que queda de aquellos poblados abandonados: fachadas sin pintura, puertas desvencijadas y balcones sin cristales. Todo es reliquia de aquella bonanza minera.
El frío cesó y el sol en lo alto empieza a quemar. Estamos solos (o tal vez acompañados por almas en pena) rodeados por rugosas montañas y veredas. El verde se apaga por estos rumbos, aunque la tierra árida se tapiza de cactáceas, matorrales y mezquites.
Leyendas
El guía cuenta la historia de la "Mujer Arrepentida", al mismo tiempo que señala aquella caprichosa roca, en un pico de la Sierra de Catorce.
"Una mujer iba al Real a pagar una manda a San Francisco de Asís, y en el camino, se arrepintió de ir a ver al santo. Al tomar un descanso, antes de regresar, se convirtió en piedra".
Ahora paramos en el fondo de una barranca, en la hacienda de beneficio Socavón de la Purísima. Los galerones donde se almacenaba el mineral, las viviendas de los trabajadores y la boca de la mina son testigos de una época de prosperidad, gracias a la plata.
Sobresale la chimenea de ladrillo de 30 metros de altura junto a un viejo horno. El tiro o túnel de la mina alcanzó una profundidad de 550 metros y las galerías horizontales se hicieron para seguir las ramificaciones de la veta.
Al fantasma que se aparece de vez en cuando en la mina le dicen "El Jergas". Bonifacio Guerrero, nuestro guía, cuenta que antes se dejaba ver "con la apariencia del dueño de la mina, o del capataz, o del jefe de turno. Ordenaba a los mineros cambiar de dirección la galería que estaban perforando, provocando la pérdida de la veta o la suspensión del trabajo. En otras circunstancias se los llevaba a sitios extraños y los perdía. Algunos murieron y otros pudieron ser encontrados".
"También hay duendes pequeñitos, aparecen y desaparecen y les gusta prender y apagar la luz. En el pueblo se les oye como si fueran niños jugando.
La última parada es en el poblado El Catorce, frente a la iglesia dedicada a la Virgen del Refugio, que se festeja cada 15 de agosto. Su nombre recuerda a 14 bandidos que se escondieron en estos lares. Antes, comentó Bonifacio, "había un bosque de pino y era un lugar ideal para refugiarse después de asaltar las diligencias que salían de Zacatecas con cargamentos de oro y plata".
La mirada traviesa de los niños que se asoman en puertas y ventanas nos acompaña. Sí, son niños, no duendes.
En el Pueblo Mágico
La opulencia de otro tiempo, la magia árida del altiplano, los edificios viejos y calles empedradas y los mismos huicholes atraen a trotamundos, directores de cine, fotógrafos y jóvenes "pandrosos" que huyen de las ciudades ya muy vistas.
Antiguamente estaba a 12 días de distancia de la Ciudad de México y a cuatro de San Luis Potosí. Hoy está a ocho horas por carretera del DF y a cuatro horas de la capital del estado.
Peregrinos de toda la República vienen del 1 al 12 de octubre al Templo de la Purísima Concepción, a darle gracias a la imagen de San Francisco de Asís, por los milagros recibidos. Las paredes de una capilla están tapizadas de ex votos: láminas pintadas que evocan las peticiones hechas al santo.
Silvia, mi anfitriona, me invita a comer en Pueblo Bonito, una de tantas fondas que hay. Para empezar a saborear la cocina catorceña, pedimos un surtido de siete tacos de guisado por 65 pesos, más un mezcal hecho en Charcas. El asado de boda, la pechuga a la antigua y los cabuches en ensalada, también nos saben a gloria.
Las calles son angostas y con pronunciado declive. Su empedrado, brillante por la noche, data de 1850.
Para una visita rápida, las construcciones más emblemáticas son las alhóndigas, el palenque, el puerto de Aguadores, la Casa de Moneda, el Teatro Lavín, la Iglesia de Guadalupe y su cementerio, la plaza de toros y el Paredón, donde se cree que fueron fusilados aquellos 14 bandidos.
De varias casas sólo queda la fachada de piedra y la herrería que protegía puertas y ventanas. Algunas otras están habitadas. Funcionan como galerías de arte, restaurantes, bares y hoteles tipo boutique, como el Mesón de la Abundancia (la antigua Tesorería).
Sus habitaciones siguen abriéndose con viejas llaves de metal, de un tamaño considerable para que nunca se pierdan. Se rumora que éste es un buen lugar para cazar fantasmas. Por cierto, su restaurante es un sitio acogedor, con una cocina que mezcla las recetas tradicionales de la región con las europeas. Cuenta con una selección de vinos.
Mañana por la tarde partiremos y volveremos a cruzar el túnel de Ogarrio, de más de 2 kilómetros de largo.
Por la mañana subiremos al Cerro del Quemado, en el santuario huichol Wirikuta, a hora y media a caballo de Real. Por gusto y convicción llevaremos una ofrenda a los dioses kakauyarixi. Ya nos advirtieron que el caballo nos dejará las piernas pandeadas.
La guía
- Cómo llegar.
Por la línea de autobuses ETN, desde la Ciudad de México a Matehuala: Boleto, 675 pesos. Salida 13:00 y 20:30 horas. Tiempo de recorrido: siete horas y media.
Autobuses Grupo Senda: de Matehuala a entrada de Real de Catorce. Boleto, 35 pesos. Horario: de seis a 18 horas.
- Dónde dormir. Hotel Ogarrio. Dos estrellas. Desde 300 pesos la noche. En Constitución 38.
Mesón de la Abundancia. De 750 a mil 500 pesos la noche, por habitación.
Tel. 01(488) 887 5044. "www.mesonabundancia.com".
También se permite acampar por la zona del panteón.
- Paseos. Los caballerangos te llevan por la Ruta del Quemado, cruzando las ruinas de lo que fuera la Mina de San Agustín en un tiempo aproximado de tres horas.
- Otro emocionante recorrido que ofrece Bonifacio Guerrero, operador de Bonny Willis Jeeps, es el Reto Real: bajar por la Cuesta de los Arrepentidos, conocer el Socavón de la Purísima, el pueblo Los Catorce, Mina Tierras Negras, Jesús Alamitos y pasar por el Túnel de Ogarrio. Tiempo: de seis a ocho horas. Costo: 2 mil 500 pesos para ocho personas. Tel. 01 (488) 111 21 51. www.realdecatorce.net.