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"OBRA"

"Narran una realidad social"

"El montaje 'Lágrimas de agua dulce' muestra la explotación infantil"

    MAZATLÁN._ La infancia es una etapa en la que el ser humano aprende la vida a través del juego, la risa y la curiosidad. Son días con sabores suaves y dulces, por eso debería de ser uno de los periodos más bellos del ser humano.
    Sin embargo, existen niños que no pueden vivir de esa manera su infancia, por la codicia y la incomprensión de los adultos que los cuidan, realidad que se narra en el monólogo Lágrimas de agua dulce, que se presentó en el Museo de Arte.
    El dramaturgo Jaime Chabaud creó una historia triste de una niña hermosa llamada Sofia. Ella es especial porque sus lágrimas son dulces.
    La historia la narra la abuela de Sofia, que sobrevive cociendo murales y muñecos de tela. A sus espaldas está una de sus creaciones, que representa el pueblo donde nació y vivió la niña.
    Con pedazos de tela están representadas las casas, los cerdos, las vacas, los árboles frutales, la iglesia y las colinas que rodean la comunidad.
    La actriz Ana Zavala se convirtió en la dulce viejecita que le dio vida a los títeres con los que el público gozó de la inocencia de Sofía y de su amigo Felipe, quienes descubren que la niña llora lágrimas dulces.
    Una sequía azota al pueblo. La anciana que narra la historia va desnudando de frutas y de hojas los árboles del mural de tela. A los animales los deja en la osamenta, las nubes desaparecen y en su lugar aparecen los negros zopilotes.
    Cuando el alcalde se da cuenta de la virtud de la niña y ve al pueblo sediento, crea una máquina que le da nalgadas permanentemente a Sofia para que no deje de llorar y así puedan beber los animales, las personas y se rieguen los campos. El paisaje del pueblo cambia, los árboles se llenan de frutos y los animales recobran su vida.
    En cambio, Sofia se seca y muere poco a poco. Su amigo Felipe y su abuela tratan de ayudarla para que huya de su ambicioso padre, el alcalde y el cura, pero se convierte en hojas muertas que se lleva el viento.
    Lágrimas de agua dulce es una puesta en escena ingeniosa, que consigue su ritmo utilizando recursos como los títeres y un gran mural que engancha al público visualmente y describe de una manera clara la historia.
    Los diálogos de los personajes, todos interpretados por la actriz Ana Zavala, mantienen el tono de cuento infantil y el dramaturgo Jaime Chabaud le otorgó una estructura que ayuda a la puesta en escena a mantener permanentemente la atención del público.

    AUTOR
    El autor de "Lágrimas de agua dulce" es Jaime Chabaud, considerado como uno de los más importantes dramaturgos mexicanos de este momento.

    LA OBRA
    El monólogo "Lágrimas de agua dulce" utiliza títeres de tela y un gran mural también de tela, en el que se representa el pueblo en donde vive Sofia, la protagonista.

    HISTORIA
    La historia de "Lágrimas de agua dulce" trata sobre una niña que llora lágrimas de agua dulce y durante una sequía, el padre, el cura y el alcalde desbordan su ambición y la hacen llorar sin parar, para darle de beber a los animales y regar las tierras, hasta que la pequeña muere.

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