"Narrativa colombiana recrea memoria, infancia y violencia"
OAXACA (UNIV)._ Andrés Burgos, Carolina Sanín, Alonso Sánchez Baute y Juan Sebastián Cárdenas se presentaron por primera vez en la 34 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO).
Juntos forman un mosaico completo de la joven narrativa colombiana y, en conferencia de prensa, detallaron sus aproximaciones a la literatura mexicana, la colombiana, las distintas temáticas que abordan y la ficción como factor de su trabajo narrativo.
De entrada, reconocieron su cercanía y afición a la literatura de mexicanos como Salvador Elizondo, Sergio Pitol, Yuri Herrera, Julián Herbert, Daniela Tarazona y Álvaro Enrigue, sin dejar de lado a los clásicos colombianos.
'A mí México me abruma porque es inasible", dijo el escritor Andrés Burgos (1973).
"México es mucho y pues disfruto bastante estos surgimientos, pero también siento envidia porque parecen pequeños pero tienen gran musculatura."
Sin embargo, al momento de hablar de una generación de escritores colombianos, agregó que es imposible cohesionar a este grupo de escritores que se presentaron.
"Si fuéramos a buscar un libro que nos consiguiera medio cohesionar podría ser nuestra relación con la realidad colombiana o nuestra posibilidad de acercarnos o no a la realidad colombiana", añadió.
Aseguró que, en su caso, el tema del narcotráfico es un tema personal, el cual ha llevado siempre en cercanía. Crecí en una ciudad donde bullía el narcotráfico y con el cual convivíamos, pues entonces era normal tener un vecino narco o un familiar traficante. Eso era parte de nuestra cotidianidad", indicó.
'Lo cierto es que ahora es un tema que abordo cada vez menos, dijo, pero reconozco que me sigue interesando encontrar los distintos ángulos posibles. Así que cuando me acerco a la literatura mexicana he hecho algunos descubrimientos, por ejemplo, lo que han dado escritores como Yuri Herrera, quien ha realizado enfoques novedosos en torno a los fenómenos sociales que tal vez se repiten", explicó.
En cambio, Alonso Sánchez Baute (1964) consideró que en su trabajo literario prefiere enfocarse a la memoria, "pero no sólo la memoria personal, sino una memoria social desde la violencia", y quizá por eso su trabajo se ha enfocado al conflicto nacional de la mirada de la violencia y el paramilitarismo.
Justo la literatura trabaja en el espacio de la memoria, aseguró, donde el tiempo, el pasado, la infancia y la historia del país funcionan como una especie de pliegue de lo posible, de lo que no fue y al mismo tiempo de lo que pudo haber sido, y ahí es donde me toca trabajar a mí."
Carolina Sanín (1973) habló sobre su trabajo narrativo de la infancia, el cual observa como una preocupación de dos maneras: por un lado, se encuentra la propia infancia como la búsqueda de hacer una narrativa autobiográfica y, por el otro, la concentración de atención que hay en la infancia con respecto a cualquier experiencia.
Por último, Juan Sebastián Cárdenas (1978) comentó que en su caso es importante pensar que la literatura se tome la tarea de pensar cómo el pasado pesa o cómo resurge en lo cotidiano.Narrativa colombiana recrea memoria, infancia y violencia .
