Papa Francisco:
Me dolió tu partida
Nacieron dos lagos en mis ojos,
suficientes para ahogar el alma
y entristecer la Pascua.
Una aguja más se clavó
en el corazón amoroso de María
y se llenó de gozo en el templo Mayor
con tu compañía grata.
El rosario se deslizó entre mis dedos,
el Ave María se atoró en los sollozos
y tropezó con el carraspeo de la garganta.
Ya eras necesario en el cielo,
un santo más ocupamos en la tierra
que nos proteja y de aliento de paz
con su sonrisa optimista y humilde.
Gracias Padre por tanta misericordia.
Gracias por cumplir tu misión pastoral.
Elabora un nuevo y celestial proyecto,
para ayudar a la humanidad
a ser verdaderamente hermanos.