"Polemizan el término 'chilango'"
MÉXICO (UNIV)._ A diferencia de la inexistente palabra mexiqueño, el popular término chilango no está aceptado por la academia como gentilicio de los habitantes de la Ciudad de México.
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, éste es un coloquialismo para adjetivar algo perteneciente o relativo al Distrito Federal.
Aunque pocas, hay discusiones en internet sobre el uso de las palabras chilango y mexiquense.
Por ejemplo, en el foro Skyscrapercity un internauta dice que no le gusta mexiqueño.
"Es la primera vez que lo escucho. Creo que me quedaré con defeño o chilango".
La discusión en el foro plantea tres polémicas: si los habitantes de la zona conurbada son chilangos o mexiqueños, si chilango es sólo el que nace en el Valle de México o también el inmigrante y si la palabra chilango es un insulto.
"Todos estamos en el mismo barco... nos movemos en la ciudad como una sola. Así, hay chilangos de Cuautitlán, de Ixtapaluca, de Milpa Alta, de Cuajimalpa y de Huixquilucan, sin duda", dice otra persona.
Si el chilango nace o se hace, alguien pregunta: "¿Chilango es quien adopta la ciudad para vivir sin haber nacido en ella?". Nadie se atreve a responder.
Sobre el origen
De la connotación despectiva de la palabra chilango hay quien reflexiona que antes se le veía como una ofensa, pero ahora como que ya es parte de la identidad.
Es el eco en la red de una discusión de años en el mundo real.
Hay dos hipótesis del origen de la palabra.
La primera: que chilango derivó de la palabra huachinango (o guachinango), antiguo apodo que los costeños del golfo daban a los pobladores de tierra adentro por el color de la piel, rojiza como la de dicho pez (quizá por el efecto del sol del altiplano o por las quemaduras solares que padecían los viajeros no acostumbrados al sol costeño).
La segunda es que chilango tiene su origen en la palabra maya xila'an, que significa cabellos esponjados, revueltos o encrespados.
Si bien su origen y etimología son oscuros, algo es seguro: la primera noticia que se tiene del uso escrito de la palabra chilango data de 1957, cuando el lexicógrafo Francisco Javier Santamaría la vio publicada el 27 de febrero en el diario El Dictamen de Veracruz en la nota titulada "Los chilangos en el mercado de Zaragoza".
Para entonces era una palabra viva, creada por el pueblo. Lo contrario de lo que ocurre hoy con mexiqueño.