"Presume Hilario Peña su 'Malasuerte'"
CULIACÁN._ Hace seis años, Hilario Peña partió a Tijuana y los primeros meses vivió con los temores de todo recién llegado: llegar tarde al trabajo y que lo corrieran (porque no entendía las rutas de camiones) o enfermarse y no tener para comer por compra medicinas.
Esa sensación que el mazatleco sintió de llegar a una ciudad y pretender dominarla la plasmó en su novela, Malasuerte en Tijuana (Random House Mondadori, 2009).
"Yo no quise que fuera autobiográfico porque se me hacen muy aburridos los libros autobiográficos y mi vida no es interesante como para escribirla. Lo que quería era plasmar ese feeling, ese tipo de mortificaciones", dice.
Hilario Peña nació en Mazatlán en 1979, como capataz en una maquiladora de capital asiático en Tijuana y sin más formación literaria que su gusto por la lectura, se acercó al mundo de la novela con la historia de Tomás Peralta, apodado Malasuerte.
Sin más pretensiones, se planteó romper con la "tradición" de los autores jóvenes que escriben historias protagonizadas por ellos, su álter ego y personajes con los que comparten traumas, fobias y miedos.
"Incluso yo lo hice con mi primera novela (Los días de Rubí Chacón, 2006), y quería romper de alguna manera con eso, presentando a un personaje que fuera impactante, imponente, con sus propios miedos, inseguridades, virtudes, que quedara en la mente del lector".
Con Tomás, el Malasuerte, personaje principal de su novela, lo único que comparte es el trayecto que recorrieron de Sinaloa a Baja California, un viaje paralelo.
"No nos parecemos, este tipo no se piensa las cosas dos veces y no me considero inseguro, pero él es mucho más seguro que yo, mucho menos modesto y menos humilde que yo".
Malasuerte es un tipo pelirrojo, fornido, feo, de buen cuerpo, muy extrovertido y tan metiche que se mete en una serie de enredos, tiene un gallo de pelea, música norteña, un encendedor, una baraja, una camisa de seda, un juego de llaves y huyó de Sinaloa después un pleito con la mafia. En Tijuana se convertirá en detective privado.
A decir de Peña, esto la llena de acción, la hace ágil y justo eso es lo que quería lograr como autor.
"No quería que fuera una novela contemplativa, preciosista, estática, sino que tuviera movimiento, no sólo en cuestión de distancia, hablando territorialmente, porque el personaje en efecto se mueve, sino que se moviera emocionalmente, mentalmente".
Peña escribe desde "hace poco", porque dice que no quería precipitarse, sino crear imágenes en la mente y luego plasmarlas. Él fue considerado la revelación literaria del año, esfuerzo ganado por su disciplina al escribir.
"Yo creo que para cualquier persona es difícil escribir, yo a veces trabajo 12 horas, todos los días, el sábado medio día y el domingo descanso y uno tiene que ser muy selectivo. Yo he prescindido de muchas cosas, de las tertulias, por ejemplo, no porque las desprecie, pero o es eso o leo, eso o escribo, casi no veo tele, lo que más hago es escribir y leer. Si eres disciplinado es más fácil".
Lo importante en una obra, asegura, es describir con sutileza imágenes fuertes y poder controlar el lenguaje, pues desde su perspectiva el español se presta al barroquismo, a los excesos, lo que no ocurre con el inglés, que por su simpleza puede lograr imágenes bellas.
"Si en español tuviéramos la disciplina de controlarlo sería más bello en la literatura pero a veces no hay esa conciencia en los autores. A mí no me interesaba el habla de los pochos, por ejemplo, y no aparece nada ahí, no es una novela bilingüe, como ha habido experimentos, tampoco que aborde temas coyunturales de Tijuana".
Malasuerte en Tijuana es una novela que retrata una realidad cruda, brutal y desesperanzadora en la frontera norte de México. Sin embargo, el autor señala que se trata de un libro que tiene su propio estilo narrativo.
"No intenta ser una copia de la realidad así en bruto, es literatura y la realidad es uno de los elementos que contiene la novela".
SECUELA
"Malasuerte en Tijuana" es una novela de aventuras que tendrá una secuela que Random House Mondadori publicará en julio.
EL AUTOR
Hilario Peña nació en Mazatlán, en 1979.
Vive con su esposa e hija en Tijuana.
Trabaja como supervisor en una maquiladora.
Es autor de las novelas "Los días de Rubí Chacón" (Cecut/Forca, 2006), "Malasuerte en Tijuana" (Random House Mondadori, 2009) y "El infierno puede esperar".