Las sombras en el silencio
chupan los recuerdos de la casa,
pelean por migas los cuervos,
duendes danzantes en círculo
mueven las manecillas del reloj.
No hay voces en los enjarres,
el piso emite su lamento.
Olor a enmohecido que brota de la Muerte,
el día abre sus ojos,
el amanecer tiene aún
tonos oscuros de agonía.
La tenue luz habla de nuevo
en susurros que alientan al olvido
y llevan a la nada.
Es tu cumpleaños madre,
y arden los años en la entraña
del árbol que floreciste,
tu luz no se apaga,
está en las llamas de tus ramas
como antorchas de gloria
iluminando caminos.