"Se despide Alberto Cortez de Mazatlán"
MÉXICO (EFE)._ El cantautor argentino Alberto Cortez se dispone a iniciar su gira del adiós por la República Mexicana. Son años de recuerdos, nostalgias, de canciones que salen del alma llenas de sentimiento y dolor, como Cuando un amigo se va, Camina siempre adelante, La vida y En un rincón del alma.
Con más de 40 años en escena y 70 de edad, Alberto Cortez sigue dando vueltas por el mundo, escribiendo canciones y prosa. Luego de varios años de ausencia, el autor de El amor desolado regresa para hacer una serie de conciertos en el País.
Con una biógrafa y un colaborador que dan vueltas por la habitación, Cortez repasa su carrera, habla de la nueva generación de cantantes melódicos y dice que, con serenidad, piensa en el retiro.
-Con más de 400 canciones escritas, ¿le sigue costando componer?
"Soy un agradecido del éxito y sería un cabrón si no lo hiciese. A la última canción que escribí tuve que cambiarle el nombre, porque en Argentina la iban a tomar para la joda: se llama Conchita, una palabra complicada en ese País. En México, le puse Lupita. Me tengo que obligar a escribir canciones. No me gusta mucho el proceso de escritura porque soy minucioso, consulto diccionarios y me cuesta mucho. Hay canciones que parten de una idea y luego uso el oficio. Y hay otras, como Qué maravilla Goyo, que salieron de acá (dice y se toca el estómago). En cambio, la prosa es más fluida. Hay más tiempo y espacio para una metáfora".
-¿Ve a algún heredero de ese tipo de canción melódica?
"No los hay. No encuentro melódica a la música que se promociona en la actualidad. En España hay pocos rescatables: Rosana, Pedro Guerra e Ismael Serrano, quienes intentan crear una poesía elevada".
-Con los años, ¿no lo cansan los viajes? ¿Pensó en la idea del retiro?
"Ya tengo muchas ganas. No pienso en el retiro que hacen algunos artistas, que están un año de gira y levantan 200 mil dólares. Estoy un poco cansado y cuando viajo mi mujer se queda cada vez más sola. No tuvimos hijos y no puedo ni quiero dejarla. Yo vivo en España y somos rehenes de nuestra casa: tenemos animales y nos gusta cuidarlos. ¿Sabes que yo no duermo con mi mujer? Ronco fuerte y no quiero molestarla. Tenemos cuartos pegados y un campo de batalla en común".
A estas alturas de su carrera los reconocimientos que recibe, como el premio Grammy a la trayectoria, lo llenan de orgullo.
"Son cosas que me sorprenden, porque no soy un cantante tan popular como Ricky Martin o los actuales chicos, que siempre son premiados en este tipo de eventos. Yo vendí millones de copias, pero a lo largo de más de 40 años de carrera y no con un solo disco. Me gusta pensar que es el premio a una vida larga y compleja junto a la música".
Sus letras jamás estuvieron bajo la lupa del mal gusto o de la rima facilista o del mensaje pretencioso. Sus letras, más que describirlo, lo escriben. Tienen ese espíritu de claridad y perfil bajo, de simpleza y profundidad, de emoción sin impacto que Cortez tiene, básicamente, en la vida. Son historias que lo identifican, ya desde el título nomás. Como lo hace con Miguitas de ternura, ni qué hablar de Cuando un amigo se va y Camina siempre adelante.
"Son un himno al dolor que quién no ha sentido", dice.
EN MAZATLÁN
Alberto Cortez se presentará en gran concierto en el Teatro Ángela Peralta el 24 de noviembre, en el marco del Festival Cultural Mazatlán. Los boletos ya están a la venta.