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Columna

Semana Santa

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

    La legendaria Etérea, aproximadamente en el año 388, en sus narraciones ofrece una detallada descripción de cómo era la celebración del Misterio Pascual, que abarcaba los días de la semana, partiendo del domingo con la solemne entrada de Jesús a Jerusalén, pasando por los días jueves y viernes, hasta desembocar en el glorioso domingo de la resurrección.

    Anterior a esa fecha solo existen conjeturas y suposiciones acerca de la manera cómo se celebraba el misterio de la pasión y resurrección de Jesús, aunque, al parecer, si había un manera de cómo se hacía énfasis sobre la santidad de esos días.

    Íntimamente unido a la celebración del domingo como “El día del Señor”, por ser el día de la semana en donde se ubica su resurrección, de lo cual se tiene certeza de su constancia a partir del siglo II. Fue cosa de tiempo para llegar a un espacio de tiempo en donde se celebrara anualmente el misterio salvífico de la Pascua cristiana.

    En un principio, la Semana Santa iniciaba con el ambiente de la cena tenida por Jesús en la casa en casa del la familia de Lázaro, narrada en el evangelio según san Juan, el donde se aprecia expresamente que tuvo lugar, “seis días antes de de la Pascua”, por lo cual después de ello se celebraba la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

    Fue en el año 325, en el Concilio de Nicea, donde se tomó la determinación de ubicar la celebración de la Semana Santa después del equinoccio de primavera, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, de manera independiente de la celebración de la Pascua judía, la cual no se ubica en un día fijo de la semana.

    Para los judíos las principales celebraciones son la Pascua, Pentecostés y los Tabernáculos, fiestas con carácter agrícola y ganadero, en un ambiente religioso. De estas tres la más antigua era la Pascua.

    No hay un equivalente de la fecha de celebración de la Pascua judía con nuestro calendario, porque nosotros celebramos de acuerdo con el calendario gregoriano, que tiene fundamento solar y en cambio el fundamento del calendario judío es luni-solar.

    Insertada en nuestra tradición cultural cristiana, la celebración de la Semana Santa tiene una trascendental significación, en la concepción del misterio del hombre, representado en Jesús enfrentando a las potencias del mal desde su realidad de inocencia, con las solas armas de la justificación divina.

    Para el cristiano el aspecto más importante de este tiempo de celebración está el significado del paso de Dios por este mundo para reintegrar en el hombre la dignidad perdida, llevándolo de la postración esclavizante producida por el desvío del hombre, que muchas veces lleva a enfrentar al hombre con el mismo hombre.

    En la celebración del Misterio Pascual, celebrado en la liturgia de la Semana Santa, Jesús-Dios, baja a las mismas tinieblas de la muerte para atravesarla, como antiguamente el pueblo judío atravesó por el Mar Rojo y así llegar a la ansiada libertad, dando al hombre la vida plena.

    En un principio, la Semana Santa iniciaba con el ambiente de la cena tenida por Jesús en la casa en casa del la familia de Lázaro, narrada en el evangelio según san Juan, el donde se aprecia expresamente que tuvo lugar, “seis días antes de de la Pascua”, por lo cual después de ello se celebraba la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
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