Como sombra de aire en el pulmón te llevo
como arete adherido al lóbulo de la oreja,
como pendante en el cuello,
como pulsera tejida con hilos rojos,
como argolla con el símbolo del infinito
que envuelven mi ser, así te llevo.
Te llevo,
aunque en mi nombre no aparezca tu nombre
y la edad sea temprana y frágil
como los primeros rayos del amanecer
que pronostican el clima y el tiempo.
Te llevo implícito como la ola al mar,
como las hojas a los árboles,
como las flores a los rosales,
como la luz al día y la oscuridad a la noche.
Y no me canso de llevarte
porque eres el faro que le dio luz a mi puerto,
el que me puso alas para volar como gaviota
y planear sobre el océano del amor.
Te llevo conmigo porque soy tu aprendiz
y tú mi gran maestro.