Si vieses a un joven cargado con un saco, del cual se escapan por un agujero monedas de oro que van regando el suelo: ¿no dirás que es un descuidado? Y si supieses que se le ha advertido de que va perdiendo dinero y no hace caso, ¿no juzgarías que es un insensato?
Pues mayor insensatez comete el joven que pierde el tiempo sin provecho, porque el dinero que se pierde puede recuperarse con el trabajo, pero el tiempo perdido no se recupera jamás.
Es el tiempo un patrimonio vitalicio que recibimos al nacer. De su empleo, tendremos que dar cuenta a Dios.
Si lo utilizamos bien, podremos hacerlo sumamente productivo, no tan sólo para nosotros mismos, sino también para los demás.
Si desde tu juventud empiezas a malgastarlo, tendrás hábitos perniciosos que harán tu vida infructuosa como un campo sin cultivo. Habrás pasado por este mundo sin haber dejado ninguna huella en la vida, que puedan seguir los que vienen tras de ti; habrás vegetado como una hierba que no da ni flor ni fruto.
Aprende a conocer el valor del tiempo, no pierdas ni un minuto, porque la "calle de luego y el camino de mañana, conducen siempre a la plazuela de nunca".
¡Mañana! Ese es el desván de la pereza; el gran refugio de los indolentes. Todo lo van haciendo y dejando para un mañana que nunca llega, porque todo lo van postergando sin llegar a realizarlo.
En eso se distingue el ejército de los fracasados, del de los triunfadores.
Ciencia, fama y fortuna, todo lo puedes conseguir pagando por ellas con tu tiempo, moneda que nada te cuesta, pero que vale mucho para lograr una vida de provecho.
Una semilla cada vez y el jardín aumentará.
Una gota, tras otra, y el río empieza a correr.
Una palabra, luego otra, y el libro terminará.
Pincelada sobre pincelada y el color quedará puesto. Un golpe de cincel, otros más y la estatua cobra forma. Un paso y encima otro hacen escalar la cumbre.
Hacer cosas una a una, pero todas hechas bien, es el único camino al éxito y a prevalecer.
Tú puedes pintar, escribir, ascender o esculpir, si ejecutas tus acciones paso a paso con tesón.
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