"Tema de hoy"

Si recordamos el cuento de Alicia en el país de las maravillas, ella llega al entronque donde el camino se divide en direcciones diferentes y pide la opinión del gato Cheshire. "Gatito, Cheshire... por favor ¿podrás decirme cuál camino debo seguir para salir de aquí?"
"Eso depende en gran parte de a dónde quieras llegar", dijo el gato.
"No me importa mucho", aclaró Alicia.
"Entonces no importa qué camino tomes", respondió el gato.
El felino del cuento dijo la verdad. Si no sabemos a dónde queremos ir, cualquier camino es igual, y no importa qué haremos en la vida.
El doctor Maxwell Maltz, cirujano plástico y autor del libro de éxito Sicocibernética, enseñó una analogía muy importante.
Él comparaba la mente como el sistema direccional de un torpedo con piloto automático. Una vez que se instaló el blanco, el sistema auto ajustado retroalimenta constantemente señales del área donde se encuentra el blanco.
Al utilizar la retroalimentación para ajustar la carrera en su propia computadora direccional de navegación, hace las correcciones para dar en el blanco.
El individuo se comporta en muchos aspectos de la misma manera. Una vez que estableciste tu meta, la mente te envía constantemente una autoplática y una retroalimentación ambiental, respecto de la meta y del blanco.
Al utilizar esta retroalimentación positiva o negativa, para ajustar tus decisiones a lo largo del camino, tu mente hace de manera subconsciente los ajustes necesarios a fin de alcanzar la meta.
Programada con pensamientos vagos, fortuitos, o fijados en una meta irreal, demasiado lejos de la vista, la mente de un individuo vagará al garete, en círculos, hasta entregarse a la frustración, acabarse o autodestruirse.
He visto, a través de largas horas de prácticas y esfuerzos, una obsesión que era el principio como una frágil telaraña, después una idea que se solidificaba en algo tangible y que valía la pena, como una medalla de oro. Todos tenemos poder interior y este es potencialmente una mina de oro para nuestras metas.