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"Tema de hoy"

"La eficacia de toda oración."

    En la época actual tan llena de crisis, muchas personas ignoran la eficiencia de la plegaria cuando es pronunciada con fe, y el poderoso influjo que tiene aún en los asuntos más triviales; y que cuando la hacemos con mucho fervor, nos proporciona solaz espiritual, fortaleza, valor para hacer las cosas, e ilumina nuestra existencia.
    La oración tiene eficacia si albergamos en nuestro corazón y en nuestra mente, la absoluta convicción de que Dios contesta nuestras palabras.
    Si con fe nos imaginamos la abundancia y plenitud óptimas será nuestra cosecha.
    Todo depende del grado de asimilación espiritual de que seamos capaces.
    Dios es abundancia infinita, pero muchas veces nuestra falta de fe, la falta de amor a nuestros semejantes, y la falta de comunicación con la infinita fuente de sustento, hace que no obtengamos la ayuda que pedimos.
    Nuestra conexión con esa fuente, que también llamamos mente universal, es mental. Por lo tanto, podemos comunicarnos mentalmente con el supremo creador, todo el día y todos los días.
    Esta práctica de la presencia de Dios, debe ser una asociación mental, directa, afectuosa, natural, como el volverse un niño hacia su padre.
    Podemos utilizar ese momento de comunicación amorosa, para pedir algo; pero no siempre debe ser la urgencia de una necesidad la que nos haga volvernos hacia nuestro creador.
    La gratitud, la felicidad de saber y sentir que Dios nos sigue conservando la vida, la alegría que nos da la certeza de que nuestro Redentor existe, que nos rodea y nos protege en todo instante, debe conducirme a una oración de gratitud.

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