Si tu mente se parece mucho a un banco, por lo tanto, haz depósitos de pensamientos positivos en el "banco de tu mente". Estos pensamientos irán acumulándose y creciendo a medida que lleguen otros de su misma especie, y quedan archivados en tu memoria.
Cuando se te presente un problema o cuando quieres cambiar algo, dices a tu mente, ¿qué es lo que yo sé acerca de esto? Y así, tu memoria banco responde automáticamente y te suministra información de la que depositamos en ocasiones anteriores y de ahí surge el pensamiento creativo: el cajero del banco de tu memoria merece tu completa confianza, nunca te pondrá obstáculos.
Si te acercas a él y le dices que vas a retirar depósitos que hiciste con anterioridad, que decían sobre mi inferioridad respecto a otros. Él responde: "Ciertamente, señor. ¿Recuerda cómo fracasó dos veces con anterioridad cuando trataba de hacer esto? ¿Recuerda lo que su maestro de sexto grado le dijo acerca de su falta de habilidad para realizar las cosas... Recuerda lo que oyó decir, por casualidad, a algunos compañeros de trabajo respecto a que era un inútil". Sin cesar, el cajero va excavando, pensamiento tras pensamiento, que demuestran tu incompetencia.
Pero supongamos que visitas al cajero de tu memoria con esta petición: Me enfrento a una situación difícil, ¿puede facilitarme los pensamientos de todo en lo que he tenido éxito?" El cajero contesta:
Desde luego señor, recuerde el triunfo que obtuvo con un trabajo similar; recuerde cuánta confianza le ha tenido el señor Fernández por todos los logros que ha tenido en su empresa. Recuerde lo que sus amigos sinceros dicen de usted. El cajero te entrega los depósitos de pensamientos y hechos que le pidas; pues el banco de datos es tuyo.
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