"Tema de hoy: Su anhelo: no tener problemas"
Jorge fue a ver a un ministro religioso con la idea de que lo liberara de una serie de problemas. El ministro le dijo: “Quiero ayudarte realmente; déjame enfocar claramente el asunto. Entiendo que quieres liberarte de todos tus problemas, hasta el último de ellos, ¿no es así?”
Tú lo has dicho, quiero quedar libre hasta el último de estos problemas que me han asaltado. Créeme, empecé a vencerlos, luego de alguna forma... Estoy hundido; no quiero tener problemas nunca más.
De acuerdo Jorge, tengo la solución pero no creo que la aceptes; de todas formas te la expongo: el otro día me encontraba en un lugar por motivos profesionales, si es que puedo llamarlos así, referente al cual me dijo el encargado que allí estaba unas 150 mil personas y que ninguna de ellas, ni una sola, tenía problema.
Eso me conviene, ¿dónde está el lugar?
Te lo voy a decir: en el cementerio. Ahí nadie tiene problema alguno; para ellos ya pasó la galopante fiebre de la vida; de cuanto tú y yo leemos en los periódicos, escuchamos en la radio o vemos en la televisión. No tienen ninguna clase de problemas; lo que se dice ni uno, pero están muertos.
De todo esto se sigue, como consecuencia lógica, que los problemas constituyen una señal de vida. Nuestros antepasados eran filósofos, sabían que los problemas son inherentes a la estructura del universo.
Comprendieron que la intención del supremo Creador es la de hacer hombres fuertes enhiestos, dotados de cualidades precisas para no ceder ante las tempestades de la vida.