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"ANIVERSARIO"

"Un canto a Lucrecia Rafaela"

"La poeta ahomense es recordada a un año de su partida"
09/11/2015 12:30

    CULIACÁN._Su poesía es un canto a Dios, es un verso sin tragedias, espinas ni hieles, sin lágrimas. Las bu­gambilias lilas y blancas hablan de su recuerdo, ese que hoy canta el cenzontle en el primer año de la partida de Lucre­cia Rafaela Ezquerra Ochoa de Román.
    Hoy está en el parnaso, ese que creó con la inspiración que nació en su pue­blo Ahome, entre milpas, el campo, los pájaros, cuando aún esa villa era la ca­becera municipal.
    "Casi mi vida está escrita en poesía, mis sentimientos tanto amorosos como fraternos", dijo de los versos que dedica­ba a sus hijos, sus padres que perdió en su adolescencia, a sus amistades y a gen­te que admiraba aunque no la conociera.
    La sencillez y su sonrisa prodigiosa eran su distinción principal. Fue amiga de todos y no le gustaba autoelogiarse, así lo compartió en una entrevista para Noroeste en 2008.
    Le gustó la política pero la poesía la llenó de satisfacciones y reconoci­mientos.
    "Fue un deseo mío que se me ha cumplido. Me llevó al parnaso, allá con los dioses", expresó sonriente. "Es una satisfacción en mi espíritu quieto; pasé por chubascos, por crecientes de río allá en Ahome".
    El cine y el teatro fueron sus pasiones de juventud, incluso llegó a actuar en alguna obra. Por su esposo e hijos olvidó su idea de ser maestra porque se entregó a ellos, a darles lecciones de vida, pero sobre todo les inculcó en que creye­ran en Dios, que es un ser superior al hombre.
    A temprana edad llega­ron a sus manos libros co­mo Corazón, diario de un niño, de Edmundo Amicis, y Rosas de la infancia, de María Enriqueta Camari­llo, y fueron las letras las que la volvieron una mujer sensible, a quien inspiraba el día, la noche, el mar.
    "Amas las flores, a Dios, se ama a un hombre a cier­ta edad y con ciertas precauciones, pero se ama todo: la música, el ambiente, la nieve, la brisa, las estrellas...", así era


    He encendido una lámpara


    Inmersa en el abismo de tu ausen­cia, veo caer la lluvia.
    Envuelto entre las nieblas del re­cuerdo presiento tu imposible regreso.
    Los pájaros han vuelto desde su an­tigua ausencia.
    Ha trepado el verano por las viejas palmeras.
    Allá en los altos pinos llora la lluvia o canta, la inquieta bugambilia viaja por mi tristeza.
    Huele a barro mojado desde el mon­te a la huerta. Yo podría decirte. -¿Por qué solloza el viento? Llueve sobre tus huesos y los viejos ciruelos, su túnica amarilla lucen por tu regreso.
    Centellea en los cielos, filo de oro en lamentos.
    Esta noche de lluvia no veo luna ni estrellas.
    Los guayabos se abrazan y se alarga el naranjo, un chispazo de luces hace surco en la tierra.
    Ya los pájaros duermen, esos que sí vinieron. Inmersa como agua roja, la bugambilia crece.
    Ahora quiero que sepas, aunque nunca me escuches.
    He encendido una lámpara, porque la lluvia cese.
    Rafaelita y así es su recuerdo.
    "Tengo tantas cosas qué agradecerle a Dios, el tiempo que me prestó a mis pa­dres, mi abuela, a mi esposo, a todos mis seres queridos, a mis hijos; escribir", dijo del Todopoderoso pa­ra quien también escribió algo.
    "Tú le diste a mi mano temblorosa un don que ig­noro, que asusta a la gen­te, me lo gritan las voces y asustada me quedo yo del cielo. No permitas, Señor, impía mi mano escriba mil locuras y te hiera mucho. Me gusta hacer versos, tú lo sabes, ayúdame Señor, cantar yo quiero".
    Su canto aún está en el zumbido de los animales nocturnos, en sus flores de bugambilias blancas y lilas que a ella fascinaban y en su pensamiento del que dijo florece sangre para dar rosas. Hasta siempre, Rafaelita. Y hasta siempre a su hermana gemela, la poesía


    POETA
    - Lucrecia Rafaela Ezquerra de Román nació en Ahome.
    - Fue hija de Alfredo Ez­querra Seguame y Trinidad Ochoa Inzunza de Ezquerra
    - En 1995 escribió su diario íntimo, que permanece inédito.
    - Procreó cinco hijos: Miguel Antonio, María del Carmen, Angélica del Rosa­rio, Antonino y Jorge Rafael Román Ezquerra. 


    RECONOCIMIENTOS
    2006: Premio de poesía Enrique González Gutiérrez, en Mocorito.
    2003: Es reconocida en el Centenario de Ahome.
    2002: El grupo Cultural Nahueri la honró.
    1982 y 83: Ganó los Juegos Florales del Carnaval de Guamúchil
    El Colegio de Humanidades del Pacífico de Mazatlán la distingue por exponer conferencias, así como Casa Domecq.