"Un fantasma"
Samuel Parra
En la oscuridad, en la noche, un fantasma sube a gatas a la cima de un árbol. A su paso va secando las ramas, marchitando las flores: las come. Ya en la cima, mira al cielo, siente la brisa nocturna, escucha la melodía de los insectos: el fantasma decide vivir una breve sensación de eternidad. Luego, se percata del hombre: sentado, fumando, bebiendo café, escribiendo, que lo mira a través de una ventana. El fantasma piensa que lo plasmará en un lienzo de letras, o que lo aprisionará dentro de una pequeña historia. Irremediablemente, se espanta de la perpetuidad que dicha acción conlleva. El fantasma tiembla, titubea en su andar, resbala, tropieza con el viento, cae, se hunde en la tierra, se lamenta, grita y, de nuevo (o al fin), muere.
TÚ, HUMANO
Pensativo, el robot observó al hombre, pensativo, y supo entonces que sus pensamientos eran simplemente corrientes electroquímicas de corta duración, que discurrían por caminos de axones y dentritas, rígidamente trazados y preestablecidos por su fabricante.
El inexpresivo robot se sintió humanizado, sonrió internamente.
Karel Apodaca Rodríguez
(Culiacán, Sinaloa, 1978)
Realizo estudios de Lengua y Literatura en la UAS. He participado en diferentes concursos literarios en el género de la minificción, habiendo sido seleccionado para publicación en dos de ellos. El primero fue el concurso "Breves Heroicidades", en 2014, convocado por la editorial española Diversidad Literaria, cuya antología fue publicada en febrero de 2015. El segundo fue el tercer certamen "Pluma, Tinta y Papel", publicado en abril de 2015.
EMBARCADERO
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