"Una estrella, la chara pinta"
MÉXICO (UNIV)._ Unas alas de azul eléctrico se despliegan y agitan para levantar el vuelo. Es en la extensa reserva de la chara pinta, en la localidad fría de El Palmito, Concordia, a 2 horas y media por carretera, de Mazatlán.
Éste es un tour para observadores de aves. Binoculares y lentes fotográficos de gran alcance están a la caza de cualquier movimiento.
Hay que ir bien abrigados porque el recorrido se hace sólo en temporada de invierno, cuando se encuentra un número mayor de pájaros en la reserva.
Los caminos ya están marcados. A la cabeza del grupo va un guía experimentado para que los observadores no se pierdan ningún detalle.
Primero hay que escuchar con atención la clase introductoria de media hora. Esto servirá para reconocer a ese pajarillo llamado chara, con su fleco de plumas paradas; a los chipines rojos, parecidos a los canarios, y pájaros carpinteros, entre las 300 especies que se pueden ver en la zona.
Una camioneta todo terreno se adentra en la sierra. En el bosque de pinos comienza la búsqueda. Los guías instalan unos telescopios para tener mayor alcance y nitidez al momento de buscar.
El mejor momento para encontrarse tantas alas es en la mañana, como a las 8:00 horas, para ver cómo esos pájaros salen a buscar alimento. Gran parte de las especies que llegan son procedentes de Estados Unidos y Canadá.
El primer objetivo es tratar de que los espectadores identifiquen físicamente las aves, entre las ramas, en el suelo; no hay que distraerse. Después hay que aprender a reconocerlos por sus sonidos e incluso por el tipo de nido.
La estrella del bosque es la chara pinta, esta especie endémica de Sinaloa en peligro de extinción. Sus plumas de color azul eléctrico son muy cotizadas en el arte plumario. Su cuerpo mide apenas 13 centímetros y se caracteriza por su copete de plumas negras y paradas.
Ojos privilegiados
Este recorrido entre la hojarasca y el frío dura unas 6 horas. El staff lleva la comida. Entre todos montan un pequeño campamento para comer burritos, sándwiches, fruta y jugo.
Se exploran alrededor de 500 hectáreas. La reserva tiene una extensión total de 5 mil hectáreas.
En este lugar se encuentran diferentes miradores desde los cuáles se observan a los tecolotes buscando un poco de oscuridad. Se hace uso de la tecnología, sacando las grabadoras especiales que captan los silbidos de los pájaros. Los guías enseñan cómo dirigir el micrófono. Al final del recorrido, si se desea, se te entrega una copia de la grabación, sin costo extra.
Cada semana, a partir de la segunda quincena de noviembre y hasta el mes de abril, se organizan estas observaciones. Si no cuenta con un equipo profesional, no hay problema, el tour-operador le proporciona todo lo necesario para que su experiencia sea exitosa.
GUÍA
* Quién le lleva: Eduaventura. Las salidas se realizan desde el centro de Mazatlá, www.eduventura.com
* El paquete: Cada observador debe pagar alrededor de 1,800 dólares. Incluye transporte redondo, alimentos, equipo de observación que se debe solicitar al momento de reservar, curso introductorio y guías.
* Recomendación: Es un tour para mayores de 15 años.
AVE
- La chara pinta es un ave endémica del bosque de pinos y encinos que se esconde en lo alto de la Sierra Madre Occidental casi en límite de Sinaloa y Durango.
-Pertenece a la familia de las urracas y combina los colores blanco, negro y azul eléctrico con un copete de plumajes parados.
- Es un pájaro de tamaño mediano y muy vistoso.
LUGAR
- Este lugar espectacular sobre la ruta Mazatlán-Durango es uno de los mejores sitios en México para practicar la observación de aves.
- Forma parte del corredor de observación de aves y es considerado como uno de los más importante en el mundo de acuerdo con Ken Rosenberg, del laboratorio de Ornitología de Cornell.
