"Una leyenda del arte, Sonia Amelio"
La crotalista y bailarina Sonia Amelio, que saboreó las mieles del éxito nacional e internacional entre 1960 y 1980, ofreció en el Teatro Ángela Peralta una muestra de su talento, interpretando con castañuelas música clásica y utilizando sus pies como instrumento de percusión, todo adornado con la estética del ballet.
Sonia Amelio es concertista de piano por el Conservatorio Nacional y se tituló como bailarina de ballet y actriz en Bellas Artes, lo que le permitió inventar una forma de arte de la que es única representante.
Ella ofrece conciertos en los que las castañuelas son instrumentos solistas en la interpretación de obras monumentales del repertorio musical creadas por Paganini, Beethoven y Chopin, entre otros.
El concierto gratuito que ofreció la artista en el puerto llegó a Mazatlán gracias a la gira por México que es apoyada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que encontró eco de apoyo en el Instituto de Cultura de Mazatlán.
La velada inició con La Fantasía, de Joaquín Rodrigo. Amelio utilizó los tacones de sus zapatos como instrumento de percusión para enriquecer el sonido de la grabación de la pieza del compositor español.
Del vestido blanco sobresalían las mangas, que como alas de mariposa se extendían para subrayar los estilizados movimientos que la bailarina ejecutaba al ritmo que la partitura le imponía.
Las castañuelas, de la misma manera que el taconeo, enriquecía la melodía y las últimas notas de las frases musicales eran remarcadas con un fuerte sonido del pequeño instrumento de percusión y un movimiento que ponía acentos a la partitura con los brazos, la cabeza o las piernas.
Para permitir que la artista hiciera su cambio de vestuario, después de cada pieza, se proyectaron durante el espectáculo fragmentos del documental construido con imágenes de su formación en Bellas Artes, los conciertos en la ex Unión Soviética, Alemania, Colombia y la entrega del Premio Pushkin, por parte del presidente de Rusia en la ciudad de Moscú.
Siguió la interpretación de La princesa de oriente, de Rinski Korsakov, en la que la danza estuvo adornada con un vestuario de influencia oriental, bordado con cascabeles, que Amelio hacía sonar al compás de la música.
Los sonidos de la canción tradicional oaxaqueña La sandunga sirvieron para que saliera vestida de Tehuana; con los sones de La tortuga bailó con un estilizado huipil sin bordados y con La llorona lució un rebozo de seda amarillo mostaza.
La función continuó con Capricho italiano, de Tchaikovski y La Rapsodia húngara numero 2,de Liszt, y cerró con el acelerado Concierto número 5, de Brahms, que le permitió mostrar su talento para usar las castañuelas como instrumento solista.
El público pidió un pilón y la crotalista salió nuevamente al escenario para interpretar Alma llanera, que anunció como el "segundo Himno Nacional" de Venezuela.
HOMENAJE
Durante la función rindió un homenaje a la bailarina Ana Pavlova, representando el momento inolvidable en el que la rusa interpretó en los años 20 del siglo pasado el "Jarabe Tapatío" en puntas de ballet.
RECONOCIDA
El año pasado, Sonia Amelio recibió la Medalla Puskin, por su mérito artístico. El presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, se la entregó en un ceremonia en la residencia Gorky, a las afueras de Moscú.
CONCERTISTA
Sonia Amelio se graduó de Concertista en el Conservatorio Nacional, de bailarina de ballet y arte dramático en Bellas Artes y también obtuvo el título de Director de Orquesta.
SEGUNDA VEZ
Esta es la segunda ocasión que Sonia Amelio se presenta en Mazatlán.