Irma Laura Ortiz Moctezuma/ Noroeste Especial*
¿Ha experimentado alguna vez sentimientos de rencor tan intensos que le corroen las entrañas? ¿Se ha visto a usted mismo como alguien extraño que mora en lo más íntimo de su ser? ¿Conoce a alguien que ha guardado rencor durante años?
Refiriéndose a dichos estados de ánimo, dice Somerset Maugham que hay ocasiones en que observa con perplejidad las diversas partes de su carácter.
"Reconozco que estoy constituido por varias personas y que la persona que por el momento predomina en mí cederá su lugar, inevitablemente, a otra. Pero, ¿cuál es la real? ¿Todas ellas o ninguna?"
Desde tiempos de Freud, ya se hablaba de bandos en lucha que existen en el inconsciente.
Y es que quién, en algún momento de la vida, no se ha dejado dominar por sentimientos negativos como la ira, el rencor, la envidia, etc.
La personalidad humana es sumamente compleja y desconcertante, dígalo si no, el hecho, que en ocasiones nos encontramos con personas a las que el común de la gente llama "lunáticas".
Son aquellas que nos topamos diariamente en el trabajo, en el círculo social en el que nos desenvolvemos y a veces en nuestras propias familias; con quienes nunca se sabe que actitudes tomar, pues un día nos contestan el saludo con una agradable sonrisa y al siguiente nos dan la espalda sin siquiera emitir palabra.
Existen situaciones ante las cuales, las personas reaccionan de maneras totalmente diferentes.
Mientras hay quienes olvidan fácilmente las ofensas recibidas, hay otras que las guardan de por vida, convirtiéndolas en un cáncer que invade todas las acciones y sentimientos generados y que produce a quien las padece amargura y resentimiento.
El manejo adecuado de las emociones negativas, tiene sus raíces en el ámbito familiar. Es en la familia donde se practica por primera vez el espíritu reflexivo y se busca la razón de "ser personas".
A través de actos tan simples como enseñar al niño a compartir sus juguetes, a perdonar al amiguito que le pegó, a dialogar con quien tuvo un disgusto en vez de quedarse callado y guardar sentimientos de rabia y rencor, es como se forman adultos capaces de vivir los valores, olvidándose un poco de sí mismos, teniendo en cuenta las necesidades de los demás y dando de ese modo, un verdadero sentido a sus vidas.
CÓMO DESHACERSE DEL RENCOR
Voluntad, de acuerdo al diccionario es "el libre albedrío o libre determinación para realizar cosas", es decir, la fuerza interior que nos mueve a través del razonamiento a la práctica de actos, en ocasiones, a pesar de nuestros gustos o sentimientos.
Y es precisamente de la voluntad que se tiene que hacer uso para despojarse de recuerdos que lastiman, penetrar en la propia intimidad para resguardar lo bueno, lo mejor de lo que se siente y piensa.
Las personas que guardan rencores, jamás estarán en paz consigo mismas y por ende con los demás, siempre construirán murallas y no podrán confiar en nadie, ya que pensarán que sus experiencias negativas podrían repetirse.
Hay momentos oportunos para hacer y decir.
Es conveniente desahogar en alguna persona de confianza, llámese amigo(a), pariente o religioso, algún episodio de la vida personal que obstaculiza la tranquilidad de la persona afectada, quien en ocasiones opta por recluirse o encerrarse en sí mismo, siendo así la más afectada.
Darse cuenta que se guardan rencores, no es suficiente. Es necesario dirigir la energía, día tras día, en la adopción de decisiones, tendientes a deshacerse de esos sentimientos negativos.
El problema se agrava, cuando además la persona no es capaz de decidir, así escuchamos frases como: "No logro superarlo, qué debo hacer, no sé cómo manejarlo" o "me odio por no saber despojarme de estos sentimientos".
También es importante, regresar al momento en que se produjo el hecho, repasar mentalmente cada acción, cada palabra, para después cuestionarse: ¿Por qué cada vez que lo recuerdo se me encoge el estómago? ¿Por qué temo enfrentarlo? ¿Realmente merece la pena que ese recuerdo interfiera en mi vida actual?
Se sorprenderá al ver, que después de un autoanálisis, la mayoría de las veces, podrá usted mismo deshacerse para siempre de acontecimientos que lo angustiaban y hasta cambiar las circunstancias de su vida futura.
Por otra parte al adentrarse en su "yo interno" e interrogarse a sí mismo, se volverá sensible a una nueva forma de percibir lo que le rodea.
Fromm dice que hay gente que siente el acto de dar como un empobrecimiento.
Si usted da el perdón, olvidándose de alimentar el rencor, experimentará la oportunidad de cambiar y salir fortalecido en el proceso.
APRENDA A PERDONAR
* Tome el tiempo necesario para olvidar, que su rencor nunca predomine por encima de su razón.
* Olvide sus antiguas formas de evocar sucesos pasados, recuerde lo positivo y olvide lo negativo.
* Pregúntese que es lo que verdaderamente importa, si aprender de las experiencias o quedarse en ellas para siempre.
* Establezca nuevas formas de vida que lo ayuden a superar las crisis de hostilidad, dialogue antes que guardar silencio.
* Aprenda a aceptar y a perdonar a quienes no piensan, ni son como usted.
* La autora es maestra y diplomada en Orientación Familiar.
Correo electrónico: dffac@prodigy.net.mx