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"Vértigo"

"'El peleador' ***): tres asteriscos"
09/11/2015 09:30

    Micky Ward (Mark Wahlberg) es boxeador y es conocido porque puede resistir todo el castigo posible. El tipo aguanta golpes arriba, abajo, en la cabeza, en el costado... Y cuando el oponente se descuida, Micky es capaz de noquearlo.
    La estrategia se la enseñó su medio hermano mayor, el ex boxeador Dicky Eklund (ajado Christian Bale, ganador del Oscar a Mejor Actor Secundario) quien, cuando no se está drogando, harta a todos con los recuerdos de su fugaz gloria cuando tiró a la lona al mismísimo Sugar Ray Leonard.
    Micky sabe, pues, cómo pelear y no muestra sus temores. Pero claro: si yo estuviera rodeado de la asfixiante familia de Micky –un hermano adicto y vividor, siete horrenda hermanas y una madre (Melissa Leo, ganadora del Oscar a Mejor Actriz Secundaria) más temible que las gorgonas-, también preferiría que me echaran a Pacquiao antes de pasar una tarde con esta monstruoteca.
    El peleador (The fighter, EU, 2010), quinto largometraje de David O. Russell, es más un estridente melodrama familiar que una película de boxeo. Aunque la trayectoria dramática nos remite a la inevitable Rocky (Avildsen, 1976) -y a la vida del auténtico Micky Ward, campeón de peso welter en 2000-, lo mejor del filme de Russell no está en el ring sino fuera de él.
    Más aún: las escenas más logradas de El peleador no son los sucesivos combates de Ward contra sus rivales, sino los fieros episodios que vemos entre su indomable novia Charlene (formidable Amy Adams, justicieramente nominada al Oscar) en una esquina, mientras casi toda la familia de Micky permanece al acecho, en la otra. En esta pelea, de pronósticos reservados, Micky está en el medio, de réferi.
    Russell siempre ha sido un cineasta de talento, pero creo que nunca había demostrado ser tan buen director de actores. Por supuesto, quien se roba el filme es Bale como el (auto)destructivo Dicky, pero no hay un solo actor en la cinta que esté descuidado.
    No Wahlberg, sólido como el estoico buenazo que quiere nada más que lo dejen boxear; no Melisa Leo, como la posesiva madre que no permite que nadie la desafíe en sus dominios; no una irreconocible Amy Adams, quien encarna a una fierecilla tatuada más brava que las siete hermanas de Micky juntas. Ya quisiera uno esa mujer tan guapa a un lado... pero como guarura.
    Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.com, con actualizaciones diarias; en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com .