Con esta columna seguimos y terminamos con nuestra tarea auto-impuesta de ver las tres aventuras indianajonescas para estar a tono con el estreno mundial, el pasado jueves, de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (Spielberg, 2008).
La tercera cinta de Indy, Indiana Jones y la última cruzada (Indiana Jones and the last crusade, EU, 1989), es muy similar, en su premisa fantástico-religiosa, a Los Cazadores del Arca Perdida (Spielberg, 1981), sólo que esta vez el arqueólogo y mercenario Indiana Jones no está en pos del Arca de la Alianza judía sino del cáliz de donde bebió en la última cena el mismísimo Jesucristo. Y, para variar, otra vez se presentan en el escenario los nazis, con todo y un chistosísimo cameo de Adolf Hitler dándole un autógrafo a un Indiana Jones vestido como oficial nacionalsocialista.
La trama, de cualquier manera, es básicamente la misma que la de la primera cinta: corretizas, peleas, explosiones e innumerables salvaciones de último minuto. El ingrediente nuevo es, por supuesto, la aparición de Sean Connery, quien encarna al profesor medievalista Henry Jones, el (no tan) viejo padre de Indiana ?que, en realidad, también se llama Henry, como descubriremos hilarantemente en el final de la película.
Además del divertido rapport tirante entre padre e hijo que encarnan Harrison Ford y Connery ?qué graciosa y, a la vez, conmovedora, es la plática que tienen los dos en el zeppelín-, es de hacer notar el creciente juego con los convencionalismos genéricos que nos propone Spielberg, como en la emocionante y extendida secuencia en la que Indiana -él solito y su caballo- derrota a un ejército de nazis, para terminar sentado, polvoriento, agotado y sin sombrero. En ese momento una ráfaga de aire le lleva el fedora hasta sus propias manos, se escucha la música inconfundible de John Williams? e Indiana se levanta para seguir su búsqueda del Santo Grial.
Indiana Jones y la última cruzada -widescreen, sonido 5.1- está disponible con las otras dos cintas en un paquete de cuatro DVDs editado por la Paramount.
Hay un disco para cada cinta y un cuarto DVD con tres horas de extras en los que podemos encontrar los trailers de cada película, cuatro mini-documentales que cubren distintos temas (los "stunts", el sonido, la música de John Williams y los efectos especiales de la trilogía) y lo mejor de todo: un muy informativo documental de poco más de dos horas de duración, Indiana Jones, Making the Trilogy (2003), dirigido por el especialista Laurent Bouzereau, quien ha realizado dos centenares de programas y documentales de este mismo tipo.
Cumplida la tarea, pues, queda pendiente la reseña de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Pero esa la leerá usted el próximo sábado.
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