Si tengo algo que agradecer a Golpe y fuga (Hit and Run, EU, 2012) es que provocó que revisara el simplón pero efectivo modelo para este lamentable recalentado: la divertida road-comedy Dos pícaros con suerte (Needham, 1977).
Golpe y fuga, escrita, protagonizada y codirigida por Dax Shepard, tiene una estructura argumental similar: una pareja (Shepard y Kristren Bell) tienen que atravesar por carretera cierta parte del país para llegar a una ciudad a una hora precisa, venciendo todos los obstáculos posibles.
En el caso de la cinta setentera, el enemigo a vencer era el obsesivo, exasperado pero hilarante Sheriff Justice (el gran Jackie Gleason), mientras que en esta road-comedy del nuevo siglo tenemos un exnovio despechado (Michael Rosenbaum), un hillbilly ladrón (David Koechner) y un ladrón de bancos rencoroso (Bradley Cooper).
Al final de cuentas, el exceso de personajes y subtramas no agrega nada valioso a esta comedia de acción sobre ruedas, que logra salir del sopor sólo en dos escenas, curiosamente las dos protagonizadas por Bradley Cooper, quien resulta aquí mucho más convincente que en la aún cartelera Los Juegos del destino (Russell, 2012).
En una de ellas, Cooper trata de demostrarle al dueño de un pitbull lo mala que es la comida para perros, y la otra es una larga conversación entre él y Shepard sobre la identidad cultural/racial del tipo que lo violó en la cárcel (¿negro?, ¿skin-head?, ¿mexicano?).
Por lo demás, la película se pierde en gags pobres vemos una orgía de ancianos ¡dos veces!-, una pareja sin el carisma debido Shepard y Kristen Bell no le llegan ni a los talones a Burt Reynolds/Sally Field- y unas persecuciones filmadas sin el dinamismo que se requiere.
Y algo más: la (mala) influencia tarantinesca se deja ver aquí, para variar, en cuanto a los guiños pop/cinefílicos que presume la película. Shepard se llama Yul, pues su papá era admirador de Yul Brynner, pero eligió llevar otro nombre, Charles Bronson, aunque no por el actor, sino por el famoso presidiario inglés.
De cualquier forma, cuando aparece el papá de Shepard, interpretado por el siempre bienvenido Beau Bridges, el rudo señor se llama
Clint. Ya nomás faltó que alguna mascota se llamara Chuck y se apellidara Norris. Qué bárbaros, qué ingeniosos.
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