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"Vértigo"

"Guadalajara 2008/IV y última"
06/11/2015 07:19

    El 23 Festival Internacional de Cine en Guadalajara terminó el pasado viernes y, como habíamos predicho en Mural, en la columna que publicamos ese mismo día, los premios se repartieron entre Lake Tahoe (Eimbcke, 2008) y Desierto adentro (Plá, 2008).
    Eimbecke ganó como Mejor Director, pero la Mejor Película y el Mejor Guión fueron a parar al segundo largometraje de Plá. En cuanto a la Mejor Ópera Prima también acertamos: la ganadora fue Conozca la cabeza de Juan Pérez (Portes, 2008). El único prietito en el arroz fue que pensamos que el debut fílmico de Portes ganaría el Premio del Público pero, insólitamente, ese galardón lo ganó también la cinta de Plá.
    En cuanto a Mejor Documental Mexicano, nosotros apostamos por Niño Fidencio (Farre, 2008), pero éste obtuvo un Premio Especial del Jurado. El ganador fue Trazando Aleida (Burkhard, 2007).
    La lista completa de ganadores, en mi blog cinevertigo.blogspot.com. Y para terminar con la cobertura de Guadalajara 2008, unas telegráficas reseñas de otras cintas nacionales en competencia que pude ver.

    El viaje de Teo (México, 2007), de Walter Doehner. Este convencional -pero bien hechecito- melodrama infantil producido por Argos, nos muestra las venturas y desventuras de un niño oaxaqueño que pierde a su papá (Damián Alcázar) al intentar cruzar la frontera. Puede que la cinta haga dinero: está profesionalmente realizada.

    Enemigos íntimos (México, 2007), de Fernando Sariñana. Los enemigos íntimos del título son las enfermedades que parecen condenar a la muerte al exitoso arquitecto Demián Bichir y a la universitaria Ximena Sariñana. Bichir tiene cáncer en todas partes y Sariñana tiene un aneurisma cerebral. Los dos personajes coinciden al estar internados en cuartos contiguos pero, por lo demás, nada más coincide en este fallidísimo melodrama cuyo desenlace borda con la autoparodia: para que uno viva, otro tiene que morir. O algo así.

    Perpetuum Mobile II: En busca de una voz (México, 2008), de Dora Juárez. Supongo que es una injusticia que esta cinta de la señorita Juárez fuera mi único walk-out en Guadalajara 2008. Se trata de una fusión de una travelogue-movie (la cineasta viaja en busca de expresiones vocales auténticas, desde Durango hasta la India, pasando por la grabación de la música del filme de Werner Herzog, The wild blue wonder) con un muy personal filme-ensayo sobre la voz y lo que significa. Se trata de un filme, insisto, muy personal. Tanto, que su solipsismo, me alienó.

    Cerca del olvido (México, 2007), de Luis Mariano Bouchot. Un documental muy convencional cuyo mayor mérito es informarnos de una situación desconocida para el resto del mundo. Después de su independencia, en 1976, el Sahara Español fue invadido por Marruecos, así que muchos saharauis terminaron huyendo, internándose hasta el desierto del Sahara, en donde viven todavía, en campos de refugiados. La cinta está centrada en los niños de una primaria de un campo de refugiados quienes, a través de sus dibujos, sueñan con un futuro mejor: visitar un estadio de fut, ser doctora, ser un buen camellero y, por supuesto, ver la República Árabe Saharaui Democrática libre de la opresión y ver el muro de 2 mil kilómetros que los separa del Sahara occidental derrumbado. La cerca del olvido es, precisamente, ese muro que, para ser francos, yo no sabía que existía.

    Niño Fidencio... de Roma a Espinazo (México, 2008), de Juan Farré Rivera. Para mi gusto, el mejor documental mexicano en competencia es una apasionante inmersión en la religión “fidencista” que cumple ya 70 años de existencia. El Niño Fidencio (1898-1938), un célebre curandero e iluminado cuya fama llegó hasta los oídos de Calles (uno de sus más célebres pacientes) es ahora el centro de un fascinante culto en el que pobres, enfermos y apestados sociales se encuentran en comunión. Las imágenes de Espinazo, Nuevo León, son impactantes; los testimoniales -incluyendo los de algunos ancianos que conocieron a Fidencio- no tienen desperdicio y las entrevistas son tan informativas como lúcidas -especialmente la que se hace al Obispo de Saltillo, Don Raúl Vera. La perfecta cinta de acompañamiento para el clásico documental de Nicolás Echeverría, Niño Fidencio, el Taumaturgo de Espinazo (1980).