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"Yo te convido a creerme cuando digo futuro"

"Yo te convido a creerme cuando digo futuro"
08/11/2015 09:57

    Padezco una incurable manía de desayunar escuchando a Silvio Rodríguez, este genial cantautor cubano que tanta fascinación ha ejercido ya en dos generaciones latinoamericanas. Hoy me quedó dando vueltas en la cabeza la frase de una canción escrita en 1969: "Yo te convido a creerme cuando digo futuro". Como también padezco de la aún menos curable manía del optimismo, hoy me dio la gana de apropiarme de este verso y compartirlo con todos, que es casi lo mismo que decir con nadie.
    Haciendo un arbitrario ilusionismo lingüístico decido también que se puede descomponer el coloquial verbo convidar en "con-vidar" y proponer la idea de que significa "con vida", "compartir vida" o incluso "con la vida" (¡A ver dónde me escondo de los puristas del lenguaje!). Además decido creer que Silvio proponía a finales de esa mítica década del 60 construir un futuro que implicara compartir la vida en sus múltiples dimensiones y facetas. Ese era un tiempo que exigía creer, donde los países de Latinoamérica se debatían entre algunas opciones políticas, varias utopías semimesiánicas y media docena de ideologías de todo pelaje.
    Hoy, a más de cuarenta años de la composición de esta canción, sigue vigente este convite a creer cuando se habla de futuro. En estos días la palabra de moda es "crisis", y se escucha y se repite tanto que estamos ya metiendo en crisis la palabra crisis. Pero bueno, mucho de cierto hay en que estamos en crisis, y ello no nos lo dice nuestra sabiduría política o filosófica, sino nuestros flacos bolsillos y la inflacionaria hambre de grandes sectores de nuestra sociedad. Por ello es urgente convidarnos a creer cuando hablamos de futuro, pero no a la manera que lo hacen la mayoría de los políticos, abultados de promesas, pero vacíos de programas. Hay que convidarnos al futuro desde proyectos concretos, comunitarios, realistas, responsables; convidarnos a construir el futuro desde lo cotidiano, desde el hoy, desde lo posible. ¿Qué tal si empezáramos hoy siendo más amables, respetando las reglas de tránsito, no ensuciando la ciudad, en fin, algo sencillo y practicable, que no exige dinero ni esfuerzo? ¿Qué eso es sólo una traquiñuela moralista que no cambia nada? Tal vez sí, pero tal vez no. Lo importante es empezar a cambiar y luego al paso podremos ir construyendo cosas y actitudes cada vez mayores. Como dijo alguien de cuyo nombre no deseo acordarme: "Seamos realistas: busquemos lo imposible". Y como ya ando metido en esto de las citas más o menos ilustres, pues termino mi perorata con otro verso de Silvio Rodríguez: "Yo he preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado".