"Zita Barragán se aventura en la búsqueda de la identidad"
MAZATLÁN._ Zita Barragán está dedicada a la literatura desde hace ocho años, se define como una lectora y escritora empedernida, ha estado en talleres literarios en donde se ha formado en este oficio, que la llevó a ganar el Premio Nacional Valladolid a las Letras en la categoría de novela, por su obra Ruega tres veces.
En su historial cuenta con dos galardones más: el premio estatal de cuento Guadalupe y Pereyra y el Premio Nacional para Escritoras Nelly Campobello, ambos organizados en el Estado de Durango, en donde ha vivido desde niña.
Sus lectores favoritos son Juan Rulfo, Ignacio Padilla, Xavier Velasco, el español Luis de Ante, el cubano Alejo Carpentier y el peruano Mario Vargas Llosa.
"Soy lectora desde joven, pero me he dedicado a la literatura de lleno desde hace ocho años. He escrito cinco novelas, Te lloré todo un río, Tiempo de naranjos, Ruega tres veces, otra que no tiene título y Edith en Andrópolis, que estoy escribiendo con una beca que me dio el Pegda de Durango", expresó la escritora.
Ella está de acuerdo con los estudiosos de la literatura que dicen que no hay literatura de género, sino buena o mala literatura.
"No creo en el concepto de los años 70 de la liberación de la mujer, tenemos que defendernos de la inequidad, del acoso sexual, que yo sufrí en uno de mis trabajos, pero no hay que luchar contra el hombre, también tenemos que estar conscientes que a los machos los forman las madres, todavía tenemos que trabajar en ese sentido".
Comentó que en su novela Ruega tres veces el tema central es la búsqueda de Dios, pues el protagonista quiere verlo para creer en él.
"La narración está centrada en la búsqueda de la identidad del protagonista, que quiere definirse y confunde la búsqueda de Dios con su propia indagación interior. Yo trabajo mucho en armar mis novelas de tal manera que mantengan el interés de los espectadores. Un escritor debe analizar lo que ha escrito y detectar si eso se ha logrado o no y desechar lo que no logra en ese sentido la historia que esta escribiendo", dijo.
"El suspenso es un cualidad que siempre busco que esté plasmado en mis libros, en Ruega tres veces creo situaciones que arman esa sensación, introduzco una historia alterna en la que el padre supuestamente adoptivo podría ser realmente el verdadero progenitor. Como ese elemento existen otros que utilizo para crear esa cualidad en la novela y creo que el manejo de eso convenció al jurado para elegir mi obra".
Compartió que no creyó cuando le dieron la noticia.
"Cuando al final lo asumí, al minuto de la llamada me puse eufórica, los premios son muy importantes, porque son un reconocimiento a muchas horas dedicadas a este oficio y te dan la certeza de que no estás equivocando el rumbo", expresó.
"No escribo para ganar premios, lo hago porque es mi mayor placer, me encanta, es mi mejor terapia, cuando escribo se me olvida el hambre la depresión, la tristeza... es el oficio más bonito del mundo, escribir le da sentido a mi vida, ha reconstruido mi autoestima, me ha colocado en una mejor posición ante mí misma".